La sexualidad femenina todavía está rodeada de tabúes, y cuando hablamos de tercera edad mucho más, porque existe la creencia arraigada de que el sexo es para las jovenes de cuerpos perfectos, y nada más lejos de la realidad.
Violeta Tapia, una joven de 24 años, estudiante de artes audiovisuales, ha presentado en la sección Pasiones del último del ‘Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente’ – BAFICI – el documental Viejas que Hierven, cortometraje orgásmico contado por cinco mujeres mayores.
Estrenado el 24 de abril de 2022, con una duración de 18 minutos, el filme está contado por sus protagonistas Rosa (72), Tili (75), Clarisa (73), Griselda (71) y Norma (77) quienes con franqueza y humor hablan de los retos – mentales, físicos y sociales – de mantener una sexualidad activa a partir de la séptima década de la vida, de los que más les place en la intimidad y de cómo el discurso de la belleza y de lo bien visto para cierta edad las ha condicionado y retado para superar todas las barreras con el incentivo de disfrutar y disfrutarse como derecho.
“En el cine y en lo audiovisual, la representación de la sexualidad de las viejas es casi nula, incluso dentro del feminismo, a quienes se apunta para hablar de sexualidad es a la gente joven. También comencé a ver que lo único que había en las películas eran parejas de viejos y siempre estaba todo muy centralizado en su pureza y su dulzura, pero nunca se los representaba como sujetos deseantes” ha expresado la directora, Violeta Tapia, a quien el ejercicio de imaginar su propia vejez la inspiró a adentrarse en el placer de las mujeres mayores: “tal vez algún día, cuando tenga 80 años, mire este corto y pueda cobijarme en las palabras de estas mujeres, y ojalá otras mujeres puedan hacerlo también. Que puedan encontrarse en alguna de ellas, que puedan mirarse al espejo y abrazarse, y no sentirse solas más allá de que estén casadas, viudas o solteras. Es clave pensarnos entre todas, a presente y a futuro. Es clave empezar también a mostrar cada vez más otros cuerpos, que no son los que vemos siempre”.
Rosa Rodríguez Centenero, una de las protagonistas de ‘Viejas que Hierven’, quien además es poetisa erótica, dijo en una entrevista televisiva: “En la construcción del deseo y de los permisos para sentirse tanto deseante como deseada están siempre presentes los mandatos y la mirada social. ¿Una vieja no puede tener ganas? Eso me he preguntado, y en la respuesta está, hasta que punto la libido baja con la edad y hasta que punto nos convencimos de eso. Voy rompiendo mandatos y evolucionando a una velocidad que no puedo creer, si uno tiene el deseo en la cabeza, también lo tiene en el cuerpo”.
Explorar y disfrutar del placer sexual es vivificante, nos colma de alegría y ternura, y aunque no todas las mujeres estén dispuestas a hacerlo, quedarse con la ganas por lo que dicen los demás es absurdo, así que apostamos por esas mujeres que se atreven, las aplaudimos y queremos contagiar su osadía.
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