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Del Enamoramiento al Amor ¿Cómo lograr esta Transición sin Dramas?

El proceso del paso del enamoramiento al amor puede suponer un reto ¿Cómo conseguir que esta transición desemboque en una relación duradera?

Ysabel Velásquez

El amor es ciego, hemos escuchado desde que somos niñas, y es que la mecánica cerebral de la atracción tiene la función de obnubilar nuestra razón y enfocarnos en este sujeto que parece que encarna todas aquellas cualidades que anhelamos, toda esa lista de características deseables, desde las que percibimos con los cinco sentimos hasta las que atribuimos producto de la idealización.

Después del impacto inicial de la atracción, conforme van pasando los meses, pareciera que la magia de desvanece un poco, sentimos que la pasión disminuye, lo que una vez nos enamoró nos comienza a molestar, y creemos que ese cuento de hadas no es posible mientras tememos que la relación finalice y al mismo tiempo anhelamos que continúe.

Este proceso natural no es más que el paso del enamoramiento al amor, una nueva fase amorosa que, más tranquila, propende a la estabilidad y es tan duradera como ambos se comprometan a alimentarla, pero…¿cómo hacer que este proceso de transición sea exitoso y que logremos el tan ansiado amor verdadero? Aquí te cuento, desde las neurociencias y la psicología, cómo lograrlo.

Biología y mente

La atracción en los humanos es compleja en términos psico biológicos, mucho más que en el resto de los animales que se reproducen sexualmente guiados por el instinto. En nuestro caso es un proceso que está igualmente condicionado por elementos sentimentales, emocionales, racionales y conductuales que dan a la atracción un significado que trasciende lo reproductivo y que se orienta en las expectativas de gratificaciones eróticas que pudieran obtenerse de la persona sujeto de la atracción

La neurofisiología nos muestra como el centro sexual del cerebro consiste en una red de circuitos situados en el sistema límbico, con su núcleo en el hipotálamo, el área donde se generan las emociones. El sistema sexual se conecta a los centros del placer y del dolor por medio de redes neuronales y neurotrasmisores, de los cuales algunos causan euforia y excitación, mientras que otros son sedantes y relajantes en presencia de la persona que nos atrae. La pérdida brusca de esta estimulación genera un síndrome de abstinencia y esto explica la conducta de acercamiento a esta persona que nos atrae.

Los cinco sentidos en acción

El sentido de la vista, por medio del nervio óptico traslada la información captada a la corteza cerebral para que el proceso perceptivo indique si lo que vemos nos resulta atractivo. Estudios han arrojado que la mayoría de las mujeres ve el rostro brazos y caderas de un hombre, mientras que el hombre se fija más en el rostro, senos, caderas y piernas de una mujer

La audición permite que las ondas sonoras lleguen al oído en forma de energía mecánica que luego es transformada en energía bioeléctrica. Se produce una vibración que llega a la corteza cerebral y es decodificada relacionando sonido con imagen, lo que crea una imagen acústica. El cerebro compara la información con lo que le parece atractivo y si existen coincidencias le gustará. En nosotras ese proceso de asociación entre las palabras y rostro de quien las emite es muy utilizado en los primeros momentos del enamoramiento.

El olfato es un sentido rápido y poderoso porque es el único que viaja directamente a la corteza cerebral. Muchos animales machos detectan por el olfato cunado la hembra está en celo gracias a sustancias aromáticas naturales que segrega su cuerpo, conocidas como feromonas. Si bien los humanos no segregamos feromonas, nuestro cuerpo produce mensajeros químicos en forma de aminoácidos y hormonas esteroideas y ese olor será determinante en cuanto al agrado que se puede sentir hacia el otro.

El órgano más extenso es la piel y por ello el sentido del tacto es muy importante. Las yemas de los dedos y los labios son las áreas más sensibles por su mayor cantidad de terminaciones nerviosas, sin embargo, toda la piel tiene receptores de presión y calor. Mención especial tienen las zonas erógenas: cuello, senos y pectorales, pezones, genitales, cara interna de los muslos, muñecas y rodillas. Esta es la razón por la cual las formas de acariciar y besar resultan también aspectos que suman al atractivo de una persona.

El sentido del gusto, ubicado en la lengua, posee entre 5 y 12 papilas gustativas y puede distinguir cinco sabores: dulce, salado, ácido, agrio y amargo. Si junto a la persona que nos atrae comemos preparaciones deliciosas, se afianza la atracción sexual por un condicionamiento positivo.

La fisiología de la atracción se nutre de la información captada por los cinco sentidos, lo cual es definido como erótico, en sintonía con la biología sexual. El hipotálamo se conecta con la hipófisis y modula la presión arterial, la temperatura y la velocidad de la respiración aumentando el deseo sexual.

El deseo sexual se puede despertar. Foto: Pexels/Cottobro Studio
La fisiología de la atracción se nutre de la información captada por los cinco sentidos. Foto: Pexels/Cottobro Studio

Lo cultural y lo particular

De la mano del aspecto biológico, hay procesos de aprendizaje que hacen que cada cultura establezca sus propios cánones de lo que se considera atractivo, mientras que también cada individuo tiene sus gustos y preferencias, haciendo que la atracción o enamoramiento sea un proceso complejo y diverso, por lo que hablar del amor que surge de la atracción no sea fácil.

El enamoramiento, también conocido como limerancia, se caracteriza por una pérdida de contacto con la realidad, hay un pensamiento intrusivo con respecto a la persona amada y un deseo constante de estar con ella, el resto de la vida pasa a segundo plano. La separación no es tolerada y se cancela la atracción hacia otras personas.

El enamoramiento produce una reacción química provocada por una persona que responde a la imagen inconsciente de la pareja deseada ideal. El cerebro se llena de dopamina y epinefrina, neurotrasmisores del placer. Este estado tiene una duración de entre 6 meses y tres años, pudiendo tener una caída brusca donde puede suceder que las mismas cualidades que sean motivo de atracción pasen a ser percibidas como defectos, fuente de irritabilidad y conflicto. Sin embargo, lo sano y deseable es que se transforme en una vinculación más tranquila y menos pasional, duradera y hasta definitiva.

La construcción amorosa para el bienestar

Desde el punto de vista biológico el amor tiene una función de supervivencia, porque el impulso sexual la búsqueda de otra persona, las sensaciones placenteras en los circuitos cerebrales y los neurotrasmisores del placer como la dopamina dan paso a oxitocina y vasopresina que garantizan las sensaciones de agrado y dan continuidad al vínculo.

Desde la perspectiva psicológica, el amor es una fuente de emociones positivas relacionadas con la satisfacción de necesidades físicas, sentimentales y de relación humana que apuntan a la regulación del sistema nervioso en un equilibrio dinámico que permite un afrontamiento más asertivo de las situaciones estresantes.

El amor es un sentimiento que se construye con acciones, de acuerdo a la atracción y el enamoramiento que previamente se generó hacia una persona con la potencialidad de facilitar un estado emocional agradable.

La pasión no debe morir

El componente erótico es el tipo de amor que define a la pareja separándola de la amistad. Es una atracción intensa, un deseo de intimidad y entrega total en la cual la exclusividad es un aspecto indispensable. Si bien la euforia inicial mediada por los neuroquímicos merma, la plenitud y éxtasis amatorio no se extingue cuando ambos conservan la intención de alimentarlo con conductas afectivas, eróticas y sexuales.

La dinámica del amor romántico es la base para que la relación de pareja funcione. Robert Stemberg (1988) define tres pilares indispensables para construir, con comunicación asertiva, una dinámica virtuosa que permita lograr un amor maduro y estable:

  • Intimidad: sentimientos de complicidad que promueven el acercamiento, el vínculo y la conexión. Es un compañerismo romántico donde hay cuidado por el otro.
  • Pasión: deseo de unión con el otro, como expresión de anhelos y necesidades afectivas, eróticas y sexuales.
  • Compromiso: la decisión de amar a la otra persona, y el compromiso de mantener ese amor, es el deseo de pertenencia sano que mantiene unida a la pareja, a través de un apego seguro.

El panorama de la postmodernidad

Es una realidad que en la actualidad son pocas las relaciones que hacen una transición exitosa del enamoramiento al amor. La hiperestimulación sexual a través de las redes sociales que promueve un consumo y descarte de personas – cuerpos de forma superficial, afianza el miedo al compromiso y genera una falsa sensación de que al ser exclusivos descartamos un sinfín de posibilidades románticas tal vez mejores.

El amor no correspondido genera una profunda agitación emocional con manifestaciones de ansiedad y melancolía, como lo que vemos en la actualidad con los “casi algo” (situationships) definidas por Zygmunt Bauman como manifestaciones de estos tiempos postmoderno de relaciones líquidas, y vínculos muy frágiles prácticamente desechables.

El miedo a sentir amor y a entregarse de forma genuina viene de heridas de la infancia y de traumas de relaciones pasadas no resueltos, esto hace que las personas se vinculen de formas ansiosa o evitativa. Estas conductas nos alejan de la posibilidad construir un amor sano, fuente de bienestar y salud.

Sentido común, sabiduría y una construcción de dos personas que desean los mismo son los factures indispensables para asumir el reto de pasar del amor al enamoramiento, algo que, definitivamente da frutos dulces.

© L’Erotheque. Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.

Ysabel Velásquez
Por Ysabel Velásquez

Sexóloga, Sex & Love Coach . Periodista de Salud. Autora del Libro de motivación para la mujer :En Femenino.