Parto de la base que la palabra sumisa tiene connotaciones negativas vinculadas a la mujer en la historia, por el hecho de que la mujer no haya tenido derechos hasta hace unas décadas, por eso creo que es importante saber diferenciar el uso de la palabra sumisión en el plano sexual.
La sumisión sexual tanto en mujeres como hombres es un rol que se establece con una pareja o partenaire. A partir de aquí nos tenemos que descubrir como sumisos en un juego sexual que nos excita y nos libera.
¿Cómo descubro que soy sumisa?
Es una realidad que el placer sexual y más en la mujer sigue siendo parte de un proceso con nosotras mismas de creencias que nos limitan. Incrementar nuestro propio deseo en un juego en el que se pierde la voluntad está estigmatizado, el porqué, es sencillo. La creencia es que la sumisa deja en manos de él o la dominante su deseo para satisfacer al rol que domina. Cuando la realidad suele ser otra bien diferente. Tampoco ayuda demasiado el hecho que se puso de moda el BDSM a través de una novela como ‘Cincuenta sombras de Grey’, donde el rol dominante está representado por un hombre con tendencias casi enfermizas y de perfil tóxico, pero no está de más recordar que en la ficción lo que más vende es un buen drama. La sumisa no tiene tampoco nada que ver con el perfil de la pobre Anastasia Steele, como tampoco las mujeres de hoy en día nos identificamos con la cenicienta de Disney.
Dejando este pequeño matiz claro, identificar tus gustos sexuales dentro de un perfil sumiso no es tan complicado, solo tienes que dejar de lado tabúes adquiridos y sobre todo no sentirte mal por unos gustos sexuales diferentes. La sumisión es una exploración de ti misma, de cómo te gusta sentir y que te gusta que te hagan o te dejen de hacer, el rol dominante siente placer dándote y generando placer, ese es su principal alimento. Estás alimentando su ego, y aquí, pondría en duda de quien tiene el supuesto poder, que suele ser lo que más tira para atrás a las mujeres cuando hablamos de sumisión. El pensar o confundir el hecho de que estar sometida tiene que ver con que el rol dominante haga lo que quiera con nosotras, esto es un juego, y como tal se pactan límites y estos los marca la sumisa. A partir de ese momento podemos decidir ir más allá de la mano de él o la dominante o no, lógicamente descubrir tu placer y romper límites se convierte en una práctica excitante que acaba enganchando. Preguntas cómo; hasta dónde puede llegar, hasta dónde me puede llevar o qué soy capaz de hacer para salir de mi zona de confort nos va a suponer una elevada dosis de oxitocina para nuestro cerebro y aquí es donde entra la frase tan famosa “Follar la mente”porque como todo juego que se precie tiene su lado psicológico.
En la D/s (Dominación/ sumisión) no tiene que entrar en juego el dolor si no se quiere o forma parte de tus gustos sexuales, de esto hablaremos más adelante. Aquí se trata de satisfacer deseos, de jugar con el placer, de empoderarnos como mujeres en nuestra sexualidad.
Puesta a romper mitos sobre la sumisión también os diré que no tiene que estar condicionada a la heterosexualidad, los gustos sexuales son una manera de conocerse y ser libres, por eso mismo también puedes identificar estos roles en la comunidad LGTBI. Los roles son precisamente eso, sin más, que te gusté identificarte con la sumisión no debería entrar en conflicto con tu vida. Porque según tu inclinación sexual quien hará el papel de dominante podrá ser un hombre o una mujer, entonces y entendiendo que no eres “sumisa” de vida, ni de hogar, ni laboral por qué no vas a disfrutar de ti misma. Recuerda que somos mujeres empoderadas y por eso mismo tenemos y debemos ejercer el derecho de explorar nuestros cuerpos como nos plazca.
Te animo a que explores, juegues, te dejes llevar y empieces a ser capaz de romper creencias limitantes contigo misma, la sexualidad es también una manera de conocerse y de sanar interiormente. Usa todo lo que esté a tu alcance para sentirte cada vez más plena, más feliz y sobre todo más libre.
© L’Erotheque. Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.
