El erotismo de los pies no había estado nunca tan de moda como últimamente. Es probable que se deba a que el foot fetish parece haber salido del armario. En efecto, este fetichismo cada vez se ve con más naturalidad y tiene más adeptos. Además de hablarse más de ello, está en auge la venta de fotos de pies, las plataformas para conectar, etc.
Todo indica que se trata de uno de los fetichismos más comunes. Pero ¿Qué buscan los fetichistas de pies y cómo lo viven? ¿Estamos cayendo en estereotipos?
Muchos fetichistas no tienen interés en la compra de fotos y aquellos que sí lo hacen no buscan sólo una foto de un pie, sino que necesitan que tenga un significado para que les provoque excitación. De hecho, que ahora haya tantas mujeres vendiendo fotos de sus pies puede incluso llegar a molestarles, en el sentido de que se tenga esa idea de ellos y se piense que es lo único que quieren o lo único que les excita.
Parece que, en lugar de naturalizar esta práctica, la estamos reduciendo a un cliché, o un prototipo de fetichista que no encaja con la realidad. Y es que existe mucha diversidad dentro de este fetiche (como sucede con cualquier otro). A algunos fetichistas de pies lo que más les provoca son las plantas o suelas de los pies, a otros las uñas pintadas, los adornos, pies grandes, pequeños, sucios, limpios, con calzado, sin él… la variedad es infinita.
Tampoco podemos olvidarnos de que existen mujeres con este fetiche hacia los pies femeninos y/o masculinos. Y también hombres hacia pies masculinos.
Por otra parte, aunque es verdad que cada vez más hombres salen del armario en este sentido, otros muchos lo llevan en el más absoluto secreto. Esto suele ser complicado porque es habitual que sientan la necesidad de compartirlo, pero no sepan con quien hacerlo. A menudo prefieren no decírselo a su pareja por temor a ser juzgados o incomprendidos y es una pena porque podría ser una práctica más que enriqueciera sus relaciones sexuales.
¿Cómo pueden las mujeres cambiar la visión de esta parte de su cuerpo y obtener placer de ella?
Las mujeres que han sido educadas en una sociedad donde la sexualidad giraba en torno al coito y los genitales, difícilmente tienen apertura a descubrir nuevas formas de obtener placer. La buena noticia es que parece que están cambiando las cosas y le revolución sexual femenina, que se inició en el siglo pasado, nos ha servido para dejar atrás algunos tabúes con respecto al sexo.
Hoy en día, las mujeres, cada vez más, reivindicamos nuestro placer, conocemos nuestro clítoris y usamos juguetes eróticos sin pudor. Quizá el próximo paso de la revolución sexual femenina, en el que ya estamos inmersas, sea la búsqueda de placer erótico más allá de los genitales, la exploración de todo nuestro cuerpo, encontrar los puntos que han estado olvidados durante demasiado tiempo y aprender a dibujar un nuevo mapa del placer.
Descubrir los pies como fuente de placer comienza por disponer de una mente abierta, o una buena disposición para abrirla. A partir de ahí, se trata de conocer y explorar, sin miedo, dejar atrás aquel mito de que los pies son sucios o huelen mal y empezar a mirar esta parte del cuerpo con otros ojos. Por ejemplo, la reflexología podal puede servir para comprender que en los pies existen numerosas terminaciones nerviosas. También el cuidado de los pies, una buena pedicura, ponerles color a las uñas, algún adorno (como una tobillera o un anillo) pueden servir para verlos como una parte de nuestro cuerpo bonita y divertida. Todo ello ayuda a ver los pies con mayor erotismo.
A través de la fotografía también podemos empezar a cambiar la imagen que tenemos de los pies (del mismo modo que la fotografía erótica puede mejorar nuestra autoestima) probando con zapatos y posturas sexis.
¿Cómo iniciarse en el fetichismo de pies?
Cuando una mujer desea iniciarse en esta práctica, lo ideal es hacerlo poco a poco (sobre todo si existen prejuicios).
Sería como querer darse un baño en agua helada. Hay quien prefiere (y le puede ir bien) tirarse de golpe. Pero corres el riesgo de que tu organismo no esté preparado para ese cambio brusco de temperatura y te siente mal. Por ello, lo mejor sería ir gradualmente para acostumbrarnos a las sensaciones, descubrir nuestros límites…
Por ejemplo, puede que de buenas a primeras no estés preparada para que te chupen los pies, así que mejor comenzar con masajes, probar con aceites y geles (con efecto frío o calor), ir testando cómo nos vamos sintiendo de cómodas con esa situación y con las sensaciones de nuestro cuerpo. Pregúntate si sientes placer y qué emociones aparecen.
Más adelante, puedes pasar a la estimulación de tus pies con algún vibrador suave, añadir lubricante… Y ver cómo reacciona tu cuerpo.
A partir de ahí, sabrás si está preparada para pasar a mayores. Las prácticas del fetichismo de pies son innúmeras, así que ¡adelante!
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