Estamos acostumbradas a que las escenas de sexo que se muestran en series o películas sigan un recorrido parecido, donde la mujer tras un par de gemidos – ya sea estando arriba o abajo – experimente un climax que da a entender sucedió por obra y gracia de la penetración y ¡nada más falso! Porque sabemos que el clítoris es el análogo del pene, nuestro principal centro de placer. Esas ideas freudianas caducas de que el único orgasmo maduro es el vaginal, no son más que creencias que han sido desmentidas por la ciencia. Masters y Johnsons descubrieron lo que ya Kinsey sospechaba, que no hay orgasmo sin estimulación directa, o indirecta del clítoris. ¿Qué algunas lo alcanzan a través de la penetración? Si un 20% de mujeres que, no sin poca curiosidad y cierto entrenamiento, lo logran con el roce del haz interno del clítoris, conocido como punto G; entonces ¿cómo es que se ignora al clítoris?
Irene Tortajada y Frances Rayner, se conocieron en Londres trabajando para una ONG, y decidieron convertir esta frustración en una herramienta poderosa, así que unieron sus habilidades comunicacionales, y lanzaron, inspiradas en el Test de Bechdel que se usa para saber si una ficción toma en cuenta a los personajes femeninos, The Clit Test, un examen sencillo que pone a prueba los productos audiovisuales y literarios.
Para pasar el examen basta con reconocer la existencia de nuestro órgano del placer, ya sea mencionándolo o mostrándolo a través de estimulación, cunnilingus o masturbación. Las autoras animan a sus seguidores en redes sociales a que le envien ejemplos aprobados y no aprobados para hacer crecer la lista. Entre los que han superado el desafío están ‘Euphoria’ (2019), ‘Outlander’ (2014) y la película ‘Ladybird’ (2017). En literatura destaca La ‘Catedral del Mar’ de Idelfonso Falcones (2006) que incluye una escena de masturbación femenina.
Entre los productos audiovisuales que no han dado la talla sorprende la serie ‘Normal People’ (2020), que ha sido alabada por el New York Times por sus escenas de sexo realistas, y parece haberse olvidado del clítoris, ante lo cual ha respondido Raynier, que sí es realista si recordamos que la mayoría de las adolescentes heterosexuales se centran en el placer masculino, olvidándose del propio.
La película ‘Ni en sueños’ (2019), una comedia con tinte feminista protagonizada por Charlize Theron y Seth Rogan, muestra una cortísima escena sexual sin juego previo y un orgasmo que se alcanza a través de penetración en pocos segundos ¡totalmente decepcionante!
‘Sex Education’ (2019) es un caso particular, porque se trata de una serie Sex Positive y con una trama que abre la conversación sobre la sexualidad y la diversidad pero paradójicamente hay un montón de escenas donde las mujeres alcanzan el orgasmo con la penetración.
Muchas mujeres nacidas en los 80 pusieron a prueba la escena en la que Mark Walhberg masturba a Reese Witherspoon en una montaña rusa en la película ‘Fear’ (1996), y aunque supone una aprobación en el examen, se ha puesto en duda lo rápido que la protagonista alcanza el orgasmo.
Entre las películas españolas destaca ‘Átame’ (1989) de Pedro Almodóvar en la que vemos a Victoria Abril masturbarse en la bañera con un juguete flotante, aunque Tortajada señala que ella interpreta a una actriz porno en el filme lo que refuerza la narrativa de que únicamente mujeres muy sexuales o muy asertivas buscan la estimulación del clítoris.
Una mención especial merece la película ‘La Vida Empieza Hoy’ (2010) de Laura Mañá por una escena rompedora en las que una mujeres mayores que viven en una residencia reciben la tarea de aprender a encontrar su clítoris y masturbarse.
Las autoras de The Clit Test han señalado que mientras más diversidad sexual y de género exista entre los guionistas – espacio que solía ser acaparado por hombres heterosexuales -, mayor representación hay del clítoris en la pantalla y ejemplo de ello son las series como ‘Crazy Ex Girlfriend’ (2015) de Rachel Bloom, Chewing Gum (2015) y ‘Podría Destruirte’ (2020) de Michaela Coel, y el corto que ganó el Goya, ‘Suc de Síndria’ (2019) de Irene Moray.
Sabemos que los coitos que se muestran en la ficción muestran orgasmos todavía más ficticios, y todas hemos crecido con esos referentes que pululan en nuestro inconsciente, algo sumamente nocivo para la salud sexual. Así que la tarea es cuestionar y producir escenas más cercanas a la realidad, no nos olvidemos que al mismo tiempo que los productos audiovisuales que consumimos nos entretienen, también nos educan y condicionan sin darnos cuenta.
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