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Sustituye el Miedo por la Curiosidad en el Sexo

El miedo es el gran enemigo del placer. Descubre como sustituir esa sensación incómoda por una chispeante curiosidad lúdica.

Ysabel Velásquez

El miedo es el enemigo número uno del placer, y paradójicamente no hay un espacio vital donde las mujeres tengamos tanto miedo como en la intimidad, y esto se debe a múltiples factores, como las creencias limitantes heredadas de la tradición y de la falsa moral, ideas acerca de cómo una mujer debe comportarse, los cánones de belleza que nos han hecho comprar la idea de que sólo cierto tipo de cuerpo es erótico, el paso del tiempo con sus cambios inexorables que creemos nos hace menos atractiva…esto sólo por nombrar aspectos generales que nos atraviesan a todas porque en la historia personal de cada una hay – todavía – muchos más.

Lidiar con ese miedo, en cada encuentro sexual, en pareja o en solitario, es tan retador para algunas que terminan por evadir o eliminar el gusto por el sexo ¿Qué podemos hacer?

La solución es sustituir esa sensación incómoda, que puede paralizarte, por una chispeante curiosidad lúdica que te permita aproximarte a la sexualidad desde la aventura de descubrir nuevas sensaciones ¡aquí te digo cómo hacerlo!

Ojos de asombro, no de juicio: el miedo comienza con un pensamiento negativo que nos pone modo de tensión. Estando estresadas, inundadas de la hormona cortisol, no podemos relajarnos para excitarnos y disponernos a disfrutar. La actitud, a la hora de aproximarte a la intimidad, entonces debe trascender los juicios que tengas sobre ese momento y sobre ti misma.

Espacio seguro, de confianza mutua: si se trata de una actividad en pareja, es indispensable que la persona con la que compartes el encuentro sea de tu entera confianza. Esto implica que tengan la apertura para comunicarse asertivamente, la capacidad de escucha activa y el compromiso de parar si algo te incomoda.

Actitud juguetona, sin expectativas: el juego nos permite aproximarnos a la intimidad sin presiones. Recuerda que la intimidad, sobre todo cuando haces prácticas nuevas para ti, es un proceso de aprendizaje que requiere de ensayos y errores, de manera que cuando no te lo tomas en serio, cuando usas tu inocencia como una fortaleza, el miedo da paso a la aventura.

Conocimiento es poder ¡investiga!: si hay alguna práctica sexual que llame tu atención, usa el poder de internet para informarte, a través de fuentes confiables. Descarta el porno como fuente de información, porque además de ser muy vasto, no es una fuente de educación sexual, aunque sí es una herramienta para la creatividad cuando buscamos en material adulto con un enfoque positivo. Nada disipa más el miedo que el conocer a qué puedes enfrentarte, además esto te permitirá evaluar en frío si de verdad quieres experimentarlo.

La experiencia es personal, vive la tuya: cada mujer es única y particular, por lo que las experiencias de tus amigas son de ellas, así que más allá de escucharlas como un relato referencial eres tú quien decide vivir tu placer, en tus propios términos, eso es ser verdaderamente libre.

La curiosidad es una fortaleza muy positiva que se cultiva, aunque ha sido denostada como peligrosa, como dice el adagio popular “la curiosidad mató al gato”. En el aspecto sexual, la curiosidad es la fuerza motriz que permite una exploración sana y positiva del placer, así que no permitas que el miedo, alimentado por creencias y condicionamientos, te paralice.

Como mujer adulta y empoderada, hazte cargo de tu placer, déjate llevar por tus deseos canalizándolos con sabiduría y asertividad, y despliega tu erotismo ¡esto elevará tu autoestima a otro nivel!

© L’Erotheque. Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia. 

Ysabel Velásquez
Por Ysabel Velásquez

Sexóloga, Sex & Love Coach . Periodista de Salud. Autora del Libro de motivación para la mujer :En Femenino.