Existen multitud de suposiciones y conceptos erróneos sobre el sexo tántrico que hacen que este sea, a menudo, mal entendido. En este artículo queremos aclarar algunos de los mitos más comunes que rodean a esta antigua práctica.
#1 El sexo tántrico es para hippies y hípsters
El sexo tántrico atrae a personas de todos los tipos, edades y niveles intelectuales. No está reservado para inconformistas de espíritu libre. El sexo tántrico es una doctrina con base científica que se rige por leyes y principios universales y está acompañada por una larga historia, resultados verificables y un enfoque metódico. Independientemente de si se tiene una inclinación espiritual, un impulso emocional o una propensión intelectual, esta doctrina aclara el significado de la sexualidad integral y espiritual y cómo lograrlo en la práctica; en esencia, cómo convertirse en un verdadero hombre o mujer tántrico.
#2 El sexo tántrico es Kama Sutra
Si bien ambas tradiciones surgieron de la India, no son lo mismo. El Kama Sutra es un texto antiguo destinado al público general para mejorar su relación y tener una mejor vida sexual. Las enseñanzas tántricas ciertamente influyeron en la creación de este texto, pero las dos prácticas siguen siendo distintivamente diferentes y completamente independientes entre sí. Las posiciones sexuales son irrelevantes en las verdaderas enseñanzas tántricas. Si alguien no iniciado fuera testigo de dos amantes tántricos hábiles observaría que no hay nada acrobático en su experiencia. Probablemente parecería un encuentro mundano a los ojos ordinarios, con dos personas en un abrazo apasionado, pero por dentro estarían alcanzando estados de dicha y éxtasis. Esto es lo que hace que el sexo tántrico sea extraordinario: cuando la energía se utiliza de acuerdo con los principios tántricos genuinos, el potencial es ilimitado.
#3 El sexo tántrico se reduce a la técnica
Otro concepto erróneo común sobre el sexo tántrico es que se puede lograr por medios superficiales como posiciones específicas, técnicas manuales, intenciones personales, mirándose a los ojos o realizando ciertos rituales y preparativos. El sexo tántrico no puede ser alcanzado por una mentalidad de salvavidas; “5 técnicas para principiantes” y “Haz 123 para obtener ABC” no se aplican aquí. Es una ciencia y, como toda ciencia, el dominio requiere estudio y disciplina. El proceso es mucho más complejo. Para convertirse en un amante tántrico experto, debe existir la voluntad de superar las creencias y comportamientos convencionales en torno al sexo, así como un deseo de autoevaluación e introspección. No hay que dejarse seducir por los atajos y desvíos demasiado buenos para ser verdad.
#4 El sexo tántrico implica relaciones poliamorosas
Muchas personas asumen que el sexo tántrico involucra actos sexuales extravagantes, orgías grupales, múltiples parejas y relaciones abiertas. De hecho, el sexo tántrico es una ciencia de la sexualidad que brinda sabiduría y experiencia sobre cómo: sentir y controlar la energía, despertar la energía en ti y en tu pareja, mejorar las sensaciones al hacer el amor, volverse multiorgásmico como hombre o mujer y expandir tu capacidad orgásmica. Incrementar tu potencial como amante, conectando profundamente con tu pareja y aportando espiritualidad a tu sexualidad para experiencias más profundas y satisfactorias. Nada de esto conlleva a una dinámica de relación abierta. Algunas parejas en una relación tántrica pueden optar por la no monogamia, pero esta es una elección individual y de ninguna manera un requisito para practicar el sexo tántrico.
#5 El sexo tántrico es un mito en sí mismo
Muchos creen que el sexo tántrico es una fantasía, una simulación, una invención imaginaria con afirmaciones míticas. El sexo tántrico no es un mito, sino un camino legítimo de espiritualidad que utiliza y aprovecha la energía para ayudar a las parejas a darse cuenta de su naturaleza divina a través de la felicidad.
El verdadero mito aquí, sin embargo, es nuestra creencia actual de lo que realmente es el sexo. Se nos ha alimentado quizás con una de las mentiras más grandes de todos los tiempos: que el sexo es simplemente un acto mecánico que tiene dos propósitos: la reproducción y la satisfacción de los impulsos instintivos. Para apaciguar tu escepticismo sobre la existencia real del sexo tántrico y los resultados prometidos, existen estudios científicos, testimonios de personalidades famosas y artículos académicos que lo validan como una práctica real y tangible. Sin embargo, como dice el viejo refrán, el árbol se conoce por sus frutos. Para eliminar sinceramente toda duda, debes practicar y aprender por ti misma.
Con suerte, al aclarar algunos conceptos erróneos comunes, podemos tener una idea clara sobre de qué trata realmente esta gran práctica. Y así comenzar a entender el sexo tántrico como una herramienta útil para el desarrollo personal y como parte de un camino que conduce, en último término, a la liberación espiritual.
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