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Mindfulness Sexual: el Deleite Momento a Momento

Uno de los mandamientos principales de la intimidad es sentir y no pensar, y para lograrlo es preciso sintonizar la mente en con el cuerpo.

Ysabel Velásquez

El acto sexual es una meditación íntima, requiere de conectarse a través de los cinco sentidos con el momento presente, esa es su naturaleza sagrada y eso es lo que la ciencia está volviendo a mirar. Tradiciones orientales como el Tantra y el Tao recomendaban encuentros sin apremio, y este punto es clave cuando analizamos cómo nos vinculamos en la actualidad, no sólo con apuro sino con un bagaje mental repleto de preocupaciones, saboteador del deseo.

Uno de los mandamientos principales de la intimidad es sentir y no pensar, y para lograrlo es preciso sintonizar la mente en con el cuerpo. Daniel Goleman, el psicólogo y periodista de salud, creador del concepto de inteligencia emocional, precisa en su libro Focus, el motor oculto de la excelencia, que una de las actividades humanas cuya naturaleza es la de una experiencia total, en la cual la noción del tiempo parece no existir, es hacer el amor, en pareja o en solitario. Por su parte, Mihaly Csikszentmihalyi, especialista en psicología positiva ha denominado estos momentos como el estado de flujo, donde todo lo demás desaparece.

El estado de flujo permite que la amígdala cerebral, centro de las emociones, se relaje, y esto evita la ansiedad y la depresión. Estar en el aquí y en él ahora es lo que hace al sistema nervioso autónomo regalarnos todas las maravillosas sensaciones de excitación que conducen al clímax. Conociendo esto, el mindfulness, entendido éste como la práctica de estar en el momento presente, se ha convertido en una estrategia terapéutica para las disfunciones sexuales femeninas, desde la dificultad para lubricar, pasando por el vaginismo y el coito doloroso, hasta la anorgasmia.

Las expectativas hacia el desempeño sexual, la autocrítica y las distracciones son la receta del desastre, y todo esto lo disuelve enfocarse en el aquí y en el ahora, pero se trata de una práctica que requiere compromiso personal. Se ha comprobado que las mujeres que meditan a diario tienen una mayor satisfacción sexual (Mayland, 2005), y que un programa psicoeducativo basado en mindfulness sexual ha mejorado significativamente la respuesta de excitación en mujeres sometidas a histerectomía después de un diagnóstico de cáncer cervical o endometrial (Brotto y Hymann, 2006).

¿Cómo practico el mindfulness a diario?

No es necesario meditar por largas horas con un mantra, tampoco es preciso intentar dejar la mente en blanco, cosa imposible, se trata de ejercitar el músculo de la atención, dirigiendo tu enfoque deliberadamente y con intención a lo que deseas, prestando atención plena a cada una de tus actividades diarias:

  • Paladear la comida sin apuros y sin ver el móvil.
  • Enfocarte unos cinco minutos al día en tu respiración mientras te haces consciente de las sensaciones de tu cuerpo (aquí ya estás meditando).
  • Degustar una taza de café o té catándola con deleite.

Enfocarte unos cinco minutos al día en tu respiración mientras te haces consciente de las sensaciones de tu cuerpo (aquí ya estás meditando).

Es importante recordar que para lograr perfeccionarte en la atención plena debes despedirte del hábito de la multitarea, que hemos adoptado e internalizado con la intención de ser más productivas, pero que nos deja agotadas al final del día.

¿Cómo llevo el mindfulness al sexo? 

Antes del encuentro sexual la actitud erótica debe acompañarte 24/7, aceptar tu cuerpo, amarte incondicionalmente, mimarte, cuidarte por dentro y por fuera y reconocer tu valía son aspectos que fortalecen tu autoestima y alimentan la feminidad en tus propios términos. Está comprobado que una sana autoestima es el combustible del deseo sexual en nosotras (Velásquez, 2018).

Al momento de la intimidad enfócate en las sensaciones de tu cuerpo, conéctate con tus cinco sentidos, date tiempo para que la excitación suceda, comunícate asertivamente con tu pareja señalándole lo que te gusta, respira lento, exprésate a través del movimiento, las palabras y los sonidos, y recuerda que el orgasmo es una consecuencia de la estimulación, no una meta.  

© L’Erotheque. Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.

Ysabel Velásquez
Por Ysabel Velásquez

Sexóloga, Sex & Love Coach . Periodista de Salud. Autora del Libro de motivación para la mujer :En Femenino.