Tener pareja no siempre es garantía de tener relaciones sexuales. Al inicio el sexo suele ser el principal motor de la relación, pero también puede haber épocas en las que ocupe un plano menor o incluso sea inexistente. Cuando estas fluctuaciones derivan en una falta total de relaciones sexuales, hay quien lo percibe como un fracaso. Pero que sea o no un problema depende de cada pareja y aunque hay parejas que pueden vivir sin sexo, la mayoría lo buscará en algún momento cuando la situación vuelva a ser favorable.
Hemos vivido sin sexo durante tiempo
Al principio de la relación de pareja, el deseo lo impulsa la novedad, hay ganas de conocer y seducir a la otra persona, es un sentimiento muy intenso que inunda la relación. Pero esta euforia no puede durar mucho tiempo porque es muy intensa, poco a poco la pasión se irá sosegando.
Esto hace que el sexo pueda acabar convirtiéndose en una rutina más. Además, el estrés, las rutinas, los problemas que surgen en el día a día puede hacer que el sexo pase a un segundo plano. Aunque ocurra esto eso no significa que la pareja deba de renunciar a la intimidad para siempre. Una vida sexual satisfactoria fortalecerá los vínculos que existen entre las dos personas.
Algunos factores que pueden desencadenar la falta de sexo
El porqué una pareja puede estar un tiempo más o menos prolongado sin vida sexual será diferente en cada caso. Los factores pueden ser tanto externos, como internos, algunos de los más comunes serían:
El problema de la rutina
La carga mental es algo que afecta a muchas mujeres, a menudo esto quita las ganas de tener sexo, ya que con jornadas agotadoras en los que hay que compaginar el trabajo, la casa, los niños, es normal que no queden energías para tener intimidad con la pareja.
La falta de comunicación
Los conflictos no resueltos también son otro problema para que el sexo ocupe un lugar en la relación de pareja.
Cambios físicos o emocionales tanto en mujeres como en hombres
Existen cambios fisiológicos u hormonales que pueden provocar que el sexo se deje de lado en la relación:
- En el caso de las mujeres momentos como el embarazo, lactancia o menopausia pueden provocar un importante descenso del deseo.
- En los hombres la bajada de testosterona que ocurre con la edad puede derivar en disfunciones eréctiles que dificulten la práctica sexual.
Otros factores pueden ser ciertas enfermedades o medicamentos.
A menudo el mayor temor cuando se está un tiempo sin sexo en la pareja es pensar si este ya no será igual que antes, que quizás la chispa se ha apagado. Por este motivo, es importante antes de retomar la vida sexual, trabajar aquellos problemas que provocaron en su día la falta de sexo en la pareja. Para ello la herramienta principal sería una comunicación en la que ambas personas puedan expresar sus deseos y necesidades y sentirse comprendidas. Si durante un tiempo no ha existido pasión no significa que la relación esté condenada, lo primero que se ha de hacer es comprender el motivo que hay detrás y si queremos resolverlo, ponernos manos a la obra.
Para conseguir esa conexión necesaria para que surja la chispa sexual es importante no hacerlo de forma forzada, poner de nuestra parte para escuchar al otro y también escucharnos a nosotras mismas. Un acercamiento tranquilo, sin exigencias.
Como despertar el deseo sexual dormido
Lo primero a tener en cuenta es lo que entendemos como “sexo”. Este debería de ser más que repetir lo que ya conocemos. Sial retomar las relaciones volvemos a las viejas rutinas, ya sean las mismas prácticas, en los mismos sitios, a las mismas horas, es posible que el sexo se torne aburrido. Ahora es la oportunidad de conocer todos los rincones de la piel. De descubrir nuestra sensualidad y la de la otra persona.
Para romper la rutina y darle un impulso a la nueva intimidad, esta nueva sexualidad se puede vivir de muchas formas diferentes, desde un sencillo masaje, hasta el uso de juguetes o probando diferentes posturas. Cada persona y pareja ha de encontrar aquello que más le guste.
Como consejos a tener en cuenta;
- Relacionarse positivamente con nuestro cuerpo, cuidarlo y mimarlo será clave para poder transmitir nuestras necesidades a nuestra pareja. Para poder reiniciar las relaciones sexuales es importante que se tenga una buena relación con nuestro exterior. Si nos vemos poco atractivas o en nuestra mente destacan los defectos por encima de todo, será muy difícil dejarse llevar.
- Y muy importante, no forzar la situación, es mejor que el acercamiento y la búsqueda se vaya realizando poco a poco. En el buen sexo no debería de haber prisas volver a acercarnos poco a poco.
- Volver a reconectar emocionalmente. Para que tengamos ganas de sexo con nuestra pareja necesitamos sentirnos valoradas, para ello es importante no olvidar los pequeños gestos diarios de cuidado, masajes sin intención sexual, conversaciones sin móviles. Todo para mejorar nuestra complicidad.
- No al sexo aburrido. Hacer cosas diferentes. No solo es cambiar de escenario para el sexo, sino cambiar la rutina sexual. Probar juguetes, posturas nuevas.
El sexo se puede retomar aunque lleve tiempo dormido
Al final el deseo sexual no es algo aislado, sino que depende de nuestra situación personal y del estado de nuestra relación de pareja. Estar bien de salud tanto física como emocionalmente es vital. Una persona agotada o estresada lo más probable es que sus ganas de sexo sean muy bajas o incluso inexistentes.
Es importante saber que el deseo es algo que se puede alimentar y cuidar. Una vez que entendemos por qué no lo tenemos en nuestra vida de pareja es la hora de poner manos a la obra.
Fomentar la comunicación abierta sobre deseos y emociones, aumentar el contacto físico diario y planificar tiempo de calidad juntos con citas y actividades nuevas. Todo ello será importante para romper la rutina y volver a colocar al sexo en el lugar que se merece en la relación.
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