1. Portada
  2. /
  3. NOSOTRAS & ELLOS
  4. /
  5. Sobre Ellos
  6. /
  7. El Fenómeno de los...

El Fenómeno de los Soft Boys

Están por todas partes y han venido para quedarse ¿Estamos ante una nueva masculinidad o ante un narcisismo vulnerable del que protegerse?

Ysabel Velásquez

La masculinidad ha cambiado con el auge del feminismo, las mujeres de esta generación, que hemos presenciado, casi la totalidad de nosotras, un modelo de familia tradicional donde el sacrificio a sustituido al amor y donde el hombre ha estado distante emocionalmente, cuando no totalmente ausente, ansiamos un varón diferente: presente, consciente y menos impositivo. Sin embargo, como toda tendencia, filtrada a través de las pantallas, este hombre deconstruido o softboy, además de convertirse en un meme, ha devenido en una máscara performativa que puede enmascarar segundas intenciones, además de trastornos de personalidad narcisista.

Esta idea de un nuevo hombre, que seduce y captura nuestro imaginario romántico, tiene también sus banderas rojas. Aquí te decimos que está detrás del fenómeno social de los sofboys, para reconocerlos y tomar las debidas precauciones emocionales.

En las antípodas del macho alfa

El softboy se presenta gentil, artístico, intelectual, sensible emocionalmente y, sobre todo, feminista. Sin embargo, este término también puede describir a un personaje manipulador que utiliza esta fachada para atraer mujeres sin comprometerse realmente, a través de un bombardeo de amor, principalmente en redes sociales y aplicaciones de citas. Si bien sabemos que no todos los hombres son iguales, y generalizar es odioso, como todo fenómeno social, hay puntos de coincidencia que permiten definir este concepto:

Estética: le gusta la música y las películas independientes, se preocupa por el planeta y usa ropa de segunda mano, colores claros y estampados, prefiere actividades creativas como la pintura, la fotografía, ir a cafés en lugar de a discotecas, ir a museos, a teatros y leer antes de ver o hacer deportes, tiene una vibra gentil y algo andrógina – o no estereotípicamente masculina – tanto en intereses como en su imagen personal, como referencia tenemos el estilo de Timothée Chalamet y Harry Styles.

Presentación emocional: comparte abiertamente sentimientos, ansiedades y vulnerabilidades, pareciendo autoconsciente y emocionalmente inteligente, con el objetivo de crear intimidad profunda muy rápidamente. Tiende a ser introspectivo y parece un pensador o un filósofo, lo que puede resultar muy atractivo si eres sapiosexual. Es un chico bueno que parece haber integrado su lado femenino.

Feminista y Woke: afirma entender el patriarcado y temas globales que lo hacen parecer progresista. Rechaza las normas sociales referentes al género, la sexualidad y la identidad. Su retórica puede ser muy versada en la teoría, pero resulta una señal de alarma si no se traduce en acciones que respalden su postura, de hecho, suelen ser irrespetuosos con las mujeres, aunque intenten justificarlo.

El síndrome de Peter Pan se da en hombres que se niegan a crecer
Los softboys están en las antípodas de los machos alfa. Foto: Pexels/Master Cowley

La manipulación detrás de máscara

La imagen de vulnerabilidad es una táctica del softboy para desarmar e impresionar, más que una conexión emocional genuina. Se convierte en una bandera roja cuando la usa para justificar su mal comportamiento y no hacerse cargo con la excusa de que se siente abrumado emocionalmente, o de que él está todavía muy afectado por una relación tóxica del pasado.

Más allá de ser una señal de apertura emocional, suele evitar definir la relación porque no quiere compromiso, aludiendo que es mejor dejarla fluir o no ponerle nombre, esto lo convierte en el nuevo fuckboys, descartando a la mujer después de un tiempo con tácticas como el ghosting (fantasmeo), llegando a ser igual de promiscuos e insensibles que el típico mujeriego.

Su conducta no suele ser coherente con sus palabras, puede dominar conceptos feministas de manual, pero no sabe escuchar, esto hace que dudes de tus percepciones – gaslighting – cuando le reclamas más presencia real.

Es el hombre que te explica libros, música y películas que a él le gustan, y hasta le obsesionan, y te juzga por disfrutar de la cultura popular. Esta conducta arrogante, que parece inofensiva, es una forma de disminuir tu autoestima, a través de su superioridad intelectual.

Disfraz para narcisistas

Alejarse de la masculinidad hegemónica e intimidante tiene sus beneficios. Cuando estamos fatigadas de tener muchas citas un softboy parece el antídoto al hombre agresivo y dominante, pero esa es táctica de manipulación puede ser la máscara, no del chico promedio que solo quiere follar, sino de muchos narcisistas vulnerables.

Ramani Durvasula, Ph.D en psicología clínica, experta en abuso narcisista y autora de “No Eres Tú: Identificando y Sanando el Abuso Narcisista” explica que el bombardeo de amor que aplican los softboys comienza desde las aplicaciones de citas, donde en lugar de mostrar coches lujosos y restaurantes de moda, usan imágenes menos pretenciosas, para luego abrir sus sentimientos en los primeros encuentros, compartiendo sus ansiedades y heridas de la infancia, algo muy seductor, sobre todo si la anterior pareja era todo lo contrario, porque activa nuestra empatía sin sentirnos amenazadas.

Sin embargo, esa suerte de luna de miel no dura para siempre, su naturaleza manipuladora emerge en la fase de devaluación y descarte, donde este hombre puede hacerte sentir como loca gracias al gaslighting, con frases como “deberías manejar mejor tu estrés” cuando expresas una respuesta adaptativa a su comportamiento infantil. Él va a cuestionar cómo deberías manejar tu frustración y tu preocupación ante lo que él dice o hace, lo que te lleva a poner límites que él invalida, y esto te frustra aún más, aunque intentes convencerte de lo contrario y que lo hace con buena intención.

Verdades sobre los hombres que toda mujer debería conocer
Este fenómeno sirve de disfraz a muchos hombres narcisistas. Foto: Shutterstock

Otro aspecto a considerar es que el softboy puede estar envuelto en positividad tóxica, ser fanático del desarrollo personal y hablar de forma autoritaria sobre la salud mental. Con estas características, las banderas rojas no son tan evidentes y se disfrazan de preocupación genuina por tus emociones y tu estilo de vida con una suerte de autoridad moral “no te ejercitas lo suficiente”, “no comes orgánico”, “eso te pasa porque no estás meditando”.

Ante los demás, este narcisista vulnerable, se muestra como alguien muy considerado, tanto que eso te hace dudar de sí estás exagerando. Conecta desde sus heridas con las tuyas y se victimiza, creado un lazo traumático que no es amor, donde se magnifican la lástima, la culpa y la vergüenza, y te dejan indefensa prestándole toda tu atención y haciendo que tu vida vaya centrándose en la suya.

Cuidando tu mente y tus emociones

Somos especialmente vulnerables a los softboys si nuestros padres fueron cerrados, estuvieron ausentes o no estuvieron disponibles emocionalmente, sí como si fuimos víctima de un narcisista clásico.

Al principio te sientes vista, escuchada, amada, en calma y el cambio viene cuando tu expresas tu verdadera personalidad en la relación, ahí pasa a ser tremendamente manipulador, recordemos que es un personaje, un performance, no se trata de su verdadero yo, es un yo camaleónico que se mimetiza para lograr su objetivo.

Con el tiempo estas tácticas interpersonales quedan al descubierto, y mientras más tiempo permanezcas dentro de la relación más difícil será el duelo, por eso, ante las banderas rojas es mejor retirarse, recordemos que el narcicismo es un trastorno de la personalidad que no tiene cura.

El meme del hombre performativo

La evolución viral, en formato corto de redes sociales, del fenómeno softboy es el hombre performativo, un arquetipo masculino – y meme satírico – surgido en 2025 que aparenta sensibilidad, progresismo y conciencia emocional para ser deseable, cuyo comportamiento es una estrategia calculada para ganar validación femenina a través de un ideal de aliado feminista, pero sin un compromiso genuino, burlándose de las masculinidades tradicionales sin transformarlas realmente. Sus características son las siguientes:

Estética cuidada: Se enfoca mucho en la apariencia, usando ropa oversize, colores neutros, y accesorios como tote bags, cascos de cable, cámaras analógicas y Labubus.

Intereses “cultos”: Consume literatura feminista (Sally Rooney, Sylvia Plath, Virginia Woolf, Joan Didion) y contemporánea, escucha artistas indie (Clairo) y bebe té matcha.

Sensibilidad fingida: Proyecta una imagen emocionalmente consciente que rechaza la masculinidad tóxica y es empático, pero es puro postureo para ligar.

Comportamiento estratégico: Utiliza estos elementos para atraer atención femenina, buscando validación y estatus en la cultura actual, sin un cambio verdadero.

Este hombre performativo es una caricatura superficial de la masculinidad deconstruida, que usa el feminismo sin interiorizarlo, como una forma Pick Me, es decir, un ardid para gustar y ser elegidos por las mujeres.

© L’Erotheque. Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.

Ysabel Velásquez
Por Ysabel Velásquez

Sexóloga, Sex & Love Coach . Periodista de Salud. Autora del Libro de motivación para la mujer :En Femenino.