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Cómo Introducir Juegos de Poder en las Relaciones Sexuales

Los juegos de poder en las relaciones sexuales pueden ser un ejercicio fantástico para evadirse y para descubrir otras facetas de una misma.

Arola Poch

Los juegos de intercambio de poder son juegos de rol que implican adoptar un papel en el que una persona controla y la otra cede a esa superioridad. Este tipo de interacción es la definición básica de en qué consiste el BDSM (Bondage, Dominación-Disciplina, Sadismo-Sumisión, Masoquismo) y a partir de ahí, aparecen muchas opciones de prácticas. Hay quien entiende el BDSM como juegos extremos, pero en realidad es un continuo desde cosas más ligeras (que gente que no se identifica con estas siglas practica) hasta otras más duras. No hace falta irse muy a este extremo para que la idea de controlar o ser controlado resulte excitante. Tampoco es necesario llegar a niveles muy avanzados para introducir juegos de poder en la cama, solo con algunos pequeños detalles se puede aportar un morbo extra a la relación.

Hay juegos de rol clásicos como el del maestro/a y estudiante o el de enfermera/o y paciente que se mueven en este ámbito. Pero no hace falta disfrazarse (real o metafóricamente), basta con que una persona asuma una actitud más dominante y la otra, más sumisa. El rol a escoger dependerá de los gustos de cada persona y también de cada relación. Hay quienes siempre asumen el mismo papel, puede que les guste siempre ser dominantes (top, también se llama) o siempre ser sumisos (bottom) y hay quienes disfrutan de uno u otro dependiendo de con quién jueguen o del momento (en el argot se conoce como switch). Algunas personas tienen muy claro qué papel quieren adoptar y otras puede que de inicio no tanto. En estos casos, será interesante recurrir a fantasías para ver qué caminos excitantes toma la imaginación. Y también se puede probar, con persona o personas de confianza, diferentes roles e ir ajustando opciones.

En este tipo de juegos, la parte mental puede ser tanto o más importante que la física. Entrar de verdad en una situación top o bottom tiene mucho de psicológico, por ello es importante sentirse en un espacio seguro para poder dejarse llevar y disfrutar de las sensaciones. Tras el juego es posible que la confianza y la complicidad con la pareja se vean reforzadas, además de aportar novedad a las relaciones sexuales cosa que puede ser muy positiva para salir de una posible monotonía. Por otro lado, explorar nuevos estímulos lleva a conocerse mejor y a crecer en la faceta erótica. Y por supuesto hay una consecuencia obvia: puede resultar muy excitante y placentero.

Las mujeres de hoy en día no nos identificamos con la cenicienta de Disney. Foto: Shutterstock
Los juegos de intercambio de poder son juegos de rol que implican adoptar un papel. Foto: Shutterstock

Algunas ideas para empezar a jugar con la cesión del poder

  • La comunicación siempre es un must en todo lo que implica a dos (o más) personas. En este caso, como en cualquier juego nuevo que queramos introducir en pareja, habrá que hablarlo, consensuarlo y aclarar las dudas que pueda haber. Será interesante comentar qué espera cada uno, qué apetece probar, qué roles, qué límites… Para una comunicación efectiva es necesario siempre escuchar sin juzgar y en estos casos, en los que se comparte intimidad, esto es si cabe aún más necesario. También es bueno tener una mente abierta y ver cada propuesta como una oportunidad de experimentar cosas juntos.
  • Una cuestión importante es decidir qué rol asumirá cada uno. Cada persona ha de sentirse cómoda en ese papel. 
  • Aunque parezca que el juego sea suave no está de más acordar una palabra de seguridad que implique parar la acción si la persona sumisa lo necesita. Si luego no se usa, pues mejor.
  • Antes de ponerse manos a la obra, puede ser excitante fantasear juntos. Será una manera de ir introduciendo la situación, de comentar qué le apetece a cada cual, de ir generando expectativa y excitación.
  • Tomarlo con calma. Quizás las primeras veces situarse en un determinado y nuevo papel puede generar algo de vergüenza o inseguridad. Es por ello importante acordar antes roles, hablar de dudas, fantasear, generar confianza… y, en definitiva, sentirse en un espacio seguro.
  • La ambientación puede ser importante para ponerse en situación. Si se tiene una fantasía que se quiere llevar a cabo se pueden preparar vestimenta o accesorios para situarse en la acción. 
  • Es fundamental creerse el rol adoptado para sentirse cómoda y poderse sumergir en ese papel. De lo contrario, puede haber sensación de estar haciendo un teatrillo y eso no ayudará a la excitación, ni propia ni de la otra persona.
  • Jugar a ceder el poder puede traducirse, a efectos prácticos en múltiples posibilidades. Se puede empezar con dar órdenes que ha de cumplir la persona en papel sumiso, decirle que aquello que quiera ha de pedirlo por favor, atar con mayor o menor grado de inmovilización, vendar los ojos, aplicar castigos si se desobedece, hacer cosquillas, morder, pellizcar, dar azotes (con diferentes intensidades), etc. La imaginación y el consenso guiarán la experiencia.
  • En cualquier tienda erótica hay una sección BDSM con artículos para jugar. Echar un vistazo puede servir para coger ideas e incorporar productos que ayuden a descubrir, modificar o ampliar sensaciones.
  • Al finalizar el juego, no hay que olvidar los cuidados en lo físico y en lo emocional. Acompañar, preguntar qué tal ha ido, cómo se ha sentido, qué tal la intensidad… Esta es una fase imprescindible que se conoce como aftercare (y que sería interesante extender más allá del BDSM como indispensable en cualquier encuentro sexual, sea del tipo que sea).

Los juegos de poder en las relaciones sexuales pueden ser un ejercicio fantástico para adoptar otra manera de ser diferente a la habitual, para evadirse, para descubrir otras facetas de una misma. Si te llama la atención, prueba, yendo al ritmo que necesites, y recuerda disfrutar de las nuevas experiencias que servirán siempre para crecer en tu erotismo.

© L’Erotheque. Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.

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Por Arola Poch

Psicóloga y sexóloga. Sexpositive & Footfetish. Colaboradora de diversos medios de comunicación. Autora de los libros: Las cosas clarasLo normal es ser raro y A mi rollo con mi cuerpo y mis emociones.