Lejos de ser un momento agradable, la revisión ginecológica es, para la mayoría de nosotras, un trago amargo que debe ser superado en aras del bienestar. La experiencia puede ser descrita como traumática para algunas, con una gran anticipación al dolor y la incomodidad de la exploración genital, tanto que el pánico impide asistir a la consulta.
No en vano se estima que sólo el 46% de las mujeres españolas va a esta cita médica con regularidad, según un estudio de DKV Seguros y la Universidad Rey Juan Carlos, y un 28% de mujeres entre 20 y 29 años no ha acudido nunca, de acuerdo una investigación patrocinada por la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO).
Exponer ante un profesional de la salud nuestros genitales, la parte más íntima y privada de la anatomía femenina, nos coloca una posición de particular vulnerabilidad que hace emerger emociones desagradables y pensamientos negativos.
Si bien la ginecología actual apunta a un enfoque más integral, centrado en la mujer como persona y no en observar su sistema reproductivo como una mera parte de su anatomía, todavía predomina el enfoque objetivo y un poco frío de la medicina convencional, que nos aleja de la consulta por vergüenza y por miedo a descubrir algo fuera de lo normal, algo muy peligroso para nuestra salud cuando sabemos que la detección temprana de enfermedades como el Cáncer de Cuello Uterino es indispensable para la supervivencia.
¿Cómo pasar del miedo a la confianza? Aquí te decimos qué esperar y te compartimos algunas herramientas, tan sencillas como útiles, para lograrlo:
La posición ginecológica: a través de la conversación el médico te indicará todo lo que va a hacer para que no te sorprendas. La presencia de la enfermera es importante para sentirte más tranquila.
La incomodidad del espéculo: La vagina es un tubo muscular, sus paredes están en contacto, cuando estamos en reposo. Al insertar el espéculo las paredes se separarán. El grosor del espéculo cerrado es parecido a un aplicador de tampón. Debes informar si sientes molestias al colocarlo, porque se debe parar y esperar a que las paredes vaginales se relajen.
La citología: El ginecólogo toma muestras de células, superficie de mucosa y fluidos para estudiarlas al microscopio. Este procedimiento no requiere de punciones y es indoloro y debe realizarse cada tres años. Es una prueba indispensable para la detección temprana del Cáncer Cervical, la cual aumenta la supervivencia de las mujeres entre un 30% y un 40%.
La ecografía transvaginal: se introduce una sonda de forma y tamaño del aplicador de un tampón súper, cubierta con una funda o preservativo, dentro de la vagina. Es un procedimiento menos molesto que la inserción del espéculo.
Exploración mamaria: forma parte de la revisión de rutina y consta en un recorrido con las manos para detectar bultos o irregularidades.
Pregunta sin miedo: el saber disipa las dudas y los temores. Recuerda que el ginecólogo tiene la función de orientarte sin juzgarte y responder todas las inquietudes acerca de tu cuerpo.
Comunica tus preocupaciones: además de hablar sobres tus antecedentes médicos, es importante que hables sobre dolor o incomodidad en exploraciones anteriores.
Sin temores estéticos: depilación, piercings o tatuajes, si vas a la consulta recién duchada o tras tu jornada laboral, estos asuntos no deben ser motivo de vergüenza.
Prácticas sexuales: la labor del profesional de la salud al explorar la conducta sexual, como el número de parejas o los tipos de prácticas es descartar conductas de riesgo para Infecciones de Trasmisión Sexual (ITS). Si tienes sexo con mujeres lo debes informarlo, recuerda que la formación tradicional de estos profesionales puede jugar en contra al considerar opciones distintas a la heterosexual.
Métodos anticonceptivos: la información de este aspecto es importante para tu planificación familiar. Lo ideal es combinar el preservativo con un método hormonal para mayor seguridad.
Acude ante una relación sexual de riesgo: esto es algo que puede pasar a cualquiera, por ello es importante que hables de los síntomas, fechas y todo lo que pueda ayudar al profesional a orientarte en anticoncepción de emergencia.
Reglas dolorosas: la menstruación es un proceso natural pero cada mujer lo vive de forma particular. El dolor durante el período, que interfiere en tus actividades diarias debe ser informado sin temor dando la explicación más precisa, recuerda que es algo que no se ve sino que tú lo sientes.
Tras un aborto: ya sea espontáneo o provocado, esta situación requiere de una visita al ginecólogo para responder preguntas asociadas a este procedimiento, mientras éste se asegura de que todo esté bien.
¡Conocimiento es poder! No permitas que la incomodidad del momento se convierta en un miedo que te paralice, La consulta ginecológicas es un cita necesaria e indispensable para el cuidado de tu salud.
EL DATO
Hailey Stewart y Sahana Kumar, dos jóvenes diseñadoras de San Francisco, pertenecientes al estudio que creó los primeros ordenadores Apple, rediseñaron el espéculo, como respuesta a sus desagradables visitas al ginecólogo. Bajo el nombre Yona – que viene de yoni, vulva en sáncrito – este espéculo más ergonómico y que no hace ruido al ser insertado promete mejorar la la experiencia en la consulta. El prototipo aún está en fase de prueba.
© L’Erotheque. Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.
