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Palabras Clave del Sexo 4.0

Valérie Tasso aclara los conceptos que nos ayudarán a entender más nuestra manera de relacionarnos en los tiempos del Big Data y del poliamor.

Cris Planchuelo

«Mi nombre es Valérie Tasso y, entre bocado y bocado, trabajo como escritora, sexóloga y amante de los seres humanos (a algunos hasta los toco sin guantes)». Así se presenta la autora en el prólogo de su último libro ‘Sexo 4.0 ¿Un nuevo (des)orden amoroso?’ En la obra nos ayuda a entender un poco más nuestra manera de relacionarnos en los tiempos del Big Data y del poliamor. Del libro extraemos las palabras clave más reveladoras y la interpretación que hace de ellas.

Acuerdo. «La pareja es, fundamentalmente, un perpetuo acuerdo en proceso de negociación. (…) Creemos que hay acuerdos implícitos que parece que no hace falta acordar “de palabra” porque ya vienen adheridos a la propia voluntad de conformar pareja. De estos, el más flagrante es el de la fidelidad».

Affaire. «Una cosa es tener un affaire y otra muy distinta institucionalizar el affaire como único vínculo posible entre humanos».

Amor. «El sistema actual no parece propiciarlo, pues lo entiende como algo rutinario, poco flexible, estable y consecuente, y ya sabemos que en nuestros tiempos esos valores no acaban de estar bien vistos, pues son poco compatibles con la flexibilidad, la inestabilidad y la fidelidad únicamente a uno mismo o a la empresa que exige el orden neocapitalista. (…) Es por ello que el mercado siempre está dispuesto a proponerle al sujeto un sustituto en cuanto acabe el subidón del enamoramiento».

BDSM. «El BDSM restablece, pactando, un perdido “apaño” en el que las cosas, de puro bárbaras, son mucho más sencillas: uno manda y el otro se somete. Pero siempre salvaguardando el gran “pacto social” (la verdadera aspiración de relacionarnos entre humanos bajo parámetros de concordia) (…). La confusión, la complejidad y la exigencia de nuestras relaciones interpersonales producen el éxito actual del BDSM».

Bilingüismo sexual. «No es otra cosa que mostrar y decir de manera distinta cuestiones comunes. En general, podemos señalar que hay diferencias formales en la expresión de sentimientos, disgustos, afectos, deseos, etc. en el espectro contiguo de los sexos, algo que se hace muy visible en pareja».

Big Data. «Los desarrollos tecnológicos de los últimos años hacen que, si quieres “existir”, tengas que exhibirte. Y no solo una vez sino continuamente. (…) ¿Tenemos ahora, algún sentido de la responsabilidad (es decir, libertad) al exhibirnos como lo hacemos, o simplemente nos dejamos llevar porque es “lo que se lleva”?».

Compromiso. «El compromiso es el acto mediante el cual una persona se entrega. Hace donación de sus cualidades, méritos y esfuerzos por algo que intuye mayor que él, pero le va a proporcionar la posibilidad de desplegar sus propias potencialidades. (…) El mercado no desea gente comprometida, sino que busca gente que esté distraída».

El compromiso es un acto de entrega. Foto: Pexels/Marcelo Changas

Cougar. «Si una cougar es una mujer de cierta edad que interrelaciona con un jovencito, ¿alguien sabe cómo denominaríamos al hombre de cierta edad que se encama con una jovencita? Pues de ninguna forma específica (…) pues está perfectamente aceptado».

Deseo. «Nadie sabe cómo, por qué, cuánto y de qué manera desean sexualmente las mujeres. Ni siquiera las mujeres lo saben. El deseo femenino es el gran “tapado” de nuestra cultura, lo silenciado, lo ocultado. Y, por tanto, lo más desvirtuado».

Emancipación. «Un proceso de emancipación se mide no por los desapegos sino por saber consolidar los apegos que verdaderamente se buscan. Conquistar la autonomía (…) no es ganar un concurso para ver cuántos “perritos calientes” te comes en una hora, sino saber comerse el “perrito” que te apetece y cuando te apetece».

Enamoramiento. «Para empezar, una cosa es estar enamorado y otra muy distinta amar (una cosa es una emoción y otra un sentimiento). (…) En muchos casos, el enamoramiento sucede únicamente porque quieren follar. Para que se produzca una interacción sexual debe existir un vínculo, porque, por lo general, nadie pone el culo en pompa delante de un desconocido si antes no ha creado un relato imaginario que lo vincula a él o a ella (salvo que se trate de un proctólogo). A este relato lo podemos llamar deseo, atracción, tensión sexual…».

Erótico. «Erótico es aquello que busca la vinculación (el afecto y la afectación) con el “otro” erótico y no el ensimismamiento en la propia individualidad. (…) Ese establecer un vínculo con lo que está fuera de mí es el erotismo, y lo que da la fuerza para iniciar ese “enlace” exterior es el deseo. La puesta en práctica del deseo es el erotismo».

Espera. «La espera erotizada es poner la atención en los tiempos del deseo y no en los ritmos exigentes y confusos del consumo. Esperar, sí, pero esperar deseando, no la espera melancólica de quien nunca se sacia con lo que le ofrecen».

Excitación. «En las mujeres, que el cuerpo se excite no significa necesariamente que se construya un deseo sexual. Nuestro deseo sexual es mucho más selectivo, incomprensiblemente selectivo en su conformación».

La excitación de las mujeres es más selectiva. Foto: Pexels/Cottonbro Studio

Fantasías. «Una cosa es una fantasía erótica y otra muy distinta un deseo erótico. Lo primero lo imaginamos, lo fantaseamos, pero en ningún caso queremos que nos suceda».

Feminismo. «La base del feminismo no es ser igual que los hombres sino evitar caer en sus mismas trampas. (…) Donde no existe feminismo es porque no hay cultura democrática, y ni siquiera ganas de que la haya».

Fidelidad. «El concepto de fidelidad se aplica mucho más a la exclusividad genital en el ámbito de la pareja que a lo que de verdad debería referirse, esto es, a la fiabilidad, que es aquella condición de la persona que se comporta y actúa con relación a lo pactado, y a la lealtad que mantiene con la persona con la que acuerda».

Follar. «Follar es una parte mínima del hecho sexual humano».

Juguetes eróticos. «Afortunadamente –y eso es enormemente positivo–, los diseñadores han descubierto lo que es un clítoris y lo poco que hay que meterse en la vagina si lo que se pretende es estimular la base interna del clítoris (o punto G, para aficionados a las iniciales). Cuando, además de los diseñadores, lo aprendan las mujeres en general y la mayoría de los hombres, habremos obtenido un gran logro».

Lubricar. «Lubricar no significa necesariamente estar excitada. Que quede claro que lo que marca la excitación de una mujer es lo que ella diga y no lo que pueda interpretarse a partir de lo que “dice” su vagina».

Morbo. «Por morbo entendemos esa situación derivada de todas aquellas prohibiciones, interdicciones y, en general, dificultades que, al obstaculizar la consecución de un deseo, incrementan ese mismo deseo. (…) Por tanto, el morbo no es, como algunos erróneamente piensan, sinónimo de deseo. Se puede sentir deseo sin experimentar morbo».

Normofilia. «Voluntad de erradicar cualquier hecho diferencial de la personalidad que se salga  de lo que los cánones (medicalizados) y de las conveniencias (políticas) consideran “normal” y que debe ser observada (políticamente), tratada (farmacológicamente) y corregida (médicamente). (…) El amor, la ternura y el cariño han perdido terreno frente a un neurotransmisor debidamente diagnosticado».

Las eróticas alternativas siguen arrastrando prejuicios. Foto: Shutterstock.
Existe la voluntad de erradicar cualquier hecho diferencial. Foto: Shutterstock

Nuevas tecnologías. «Una cosa son los “contactos” y otra muy distinta son los vínculos”. (…) El problema aquí es el siguiente: ¿para qué profundizar? Si la oferta es ingente y gratuita, ¿por qué tengo que pasar por el siempre doloroso proceso de consolidar un vínculo? Las tecnologías de la interrelación nos acercan a muchos que están lejos pero nos distancian de los que están cerca».

Pareja. «Una persona, antes de entrar en esta arquitectura, en esta sociedad de acuerdos, es distinta de cómo es durante su vida en pareja; se hace, se va haciendo distinta, y si no alcanza ese logro (o esa maldición) de ser diferente es porque no ha entrado –ni de verdad ni en ningún momento– en la pareja. (…) La pareja no la conforma exclusivamente el tiempo, sino la implicación y el asombro de ese tiempo, su uso como un tiempo de despliegue y desarrollo».

Poliamor. «Plantea que las relaciones de amor más allá de dos pueden ser –si se practica eso del poliamor– siempre simétricas, iguales en intensidad y no competenciales. (…) Y eso es tratar el amor como si fuera lo mismo en todas las asociaciones vinculantes. (…) En fin, que esta categorización de poliamor y poliamorosos es un batiburrillo sincrético de conceptos, asociaciones y propósitos que nublan el panorama mucho más que lo esclarecen».

Preliminar. «Diferenciación ridícula entre los preliminares (como si el preliminar no fuera el sexo en sí) y el coito (como si el coito fuera el sexo en sí y no una modalidad erótica más)».

Promiscuidad. «La promiscuidad se entiende como una falta de fidelidad, cuando, en realidad, promiscuidad solo significa, etimológicamente hablando, “mezclado”, que es propenso a intercambiar. (…) Todos, absolutamente todos, deseamos o desearemos intercambiar y mezclarnos con algún cuerpo que no sea exclusivamente el de nuestra pareja. (…) Una de las formas de facilitar la gestión de la promiscuidad, además de la clarificación de conceptos como fidelidad, promiscuidad y amor, es la paulatina y sostenida integración de eso que hemos llamado “introducción terapéutica de un tercero”. (…) Si no se hace bien puede provocar más daño que beneficio».

Viagra. «Es muy útil cuando el problema  de la disfunción eréctil es de orden biológico y se presenta como síntoma de patologías como la diabetes, problemas coronarios, uso de ciertos fármacos, etc. (…) Si el paciente tiene dificultades en la erección de su pene por cuestiones que tienen que ver con el relato deseante y le suministras uno de estos fármacos, sí conseguirá una erección pero no mejorará su deseo. La pregunta se podría formular de la siguiente forma: ¿para qué quieres un pico si no tienes ganas de hacer un hoyo?».

© L’Erotheque. Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.

Cris Planchuelo
Por Cris Planchuelo

Periodista y sexóloga. Profesora de periodismo sexológico. Autora del libro: El club del Daiquiri  El increíble caso del apóstrofo infiltrado: Y otros crímenes contra la ortografía española. Foto: @rojofoto.es