¿Has fingido un orgasmo alguna vez? No eres la única. Tres de cada 10 mujeres alrededor del mundo nunca ha alcanzado el clímax y se estima que alrededor del 65% de las mujeres no experimenta el orgasmo durante una relación heterosexual, por lo que ya se habla de una real brecha orgásmica.
En la era de la información es absurdo seguir fingiendo placer y negándote el derecho de sentirlo, sin embargo existen razones que explican por qué la práctica de fingir orgasmo continúa como un aliciente al desempeño sexual del varón.
El orgasmo femenino ha estado rodeado de misterio a lo largo de la historia. Tanto la medicina como la psicología occidentales relegaron por mucho tiempo el estudio nuestro placer al creer que el deseo sexual era algo exclusivamente masculino, esto signado por mandatos de la tradición y la religión que atravesaron el deber ser de la mujer con un imperativo de sumisión y el consagrarse al rol de madre, de ahí que el deseo de sentir placer sexual estuviera proscrito, y solo circunscrito a la mujer al margen de la sociedad, la prostituta, y esta impronta ha permanecido, de alguna manera en el inconsciente colectivo.
Si has caído en esta práctica y quieres ejercer una sexualidad auténtica, te traigo esta guía para lograrlo:
Mastúrbate
Descubrir tu placer es la vía para guiar a tu pareja. Ningún hombre, por experimentado que sea, tiene un GPS sexual para guiarlo intuitivamente hacia lo que tú disfrutas, así que es indispensable conocerte para poder conducirlo a él.
Infórmate
El centro del orgasmo es el clítoris, con sus más de diez mil terminaciones nerviosas y la vagina tiene su haz interno a tres centímetros de su entrada. Para alcanzar el orgasmo con penetración debe haber roce interno o externo del clítoris. La posición femenina superior lo hace más fácil, así como la variante del misionero donde alzas las piernas a la altura de su cintura.
Comunícate
Es difícil decir a tu pareja que has estado fingiendo porque él ha venido creyendo que hace todo bien. Así que debes explicarle que hay cosas que te gustan pero que necesitas su apoyo en otras. Recuérdale que él no es el responsable de tu placer y que quieres descubrir tu yo más sexual con él.
Refuerza el rol de él
El frágil ego masculino puede herirse de gravedad cuando señalas que sus habilidades sexuales no son tan buenas como le has hecho creer, por ello es importante evitar que se lo tome personal, explicándole que se trata de lo que tú quieres sentir y de cómo él puede ayudarte. Todo hombre disfruta el doble cuando te ve disfrutar a tí.
Conéctate en el momento presente
Poner tus cinco sentidos en acción a través del enfoque, la respiración, el movimiento y la expresión es el camino para salir de las expectativas de tu mente y sentir en tu cuerpo. Mantén el ritmo de la estimulación hasta que sientas un cosquilleo que va in crescendo seguido de contracciones vaginales involuntarias ¡ya habrás alcanzado tu orgasmo!
Cuestiona y derriba tus creencias limitantes
Tu capacidad para sentir es intrínseca. Son muy pocos los casos donde hay algo físico que dificulte el orgasmo y para descartarlo debes pedir ayuda profesional. La mayoría de los casos se trata de ideas sustentadas en la falsa moral, en la religión y en la tradición que no te pertenecen
No te dejes llevar por opiniones ajenas
Tanto lo que puedan contarte tus amigas como aquello que puedas leer en redes sociales son experiencias personales que pueden ser exageradas y generarte ansiedad al compararlas con lo que tú has sentido. Más que una intensa explosión, el orgasmo es la liberación de la tensión sexual, y su descripción puede cambiar de acuerdo a las emociones que estén presentes en el momento.
Si has sufrido abuso sexual, busca ayuda
Esta vivencia genera una impronta que puede llevarte a bloquear el placer y a fingir para obtener aprobación de la pareja y satisfacerlo, aún cuando tú lo estés pasando muy mal. Esta es una conducta que consolida el trauma, genera una aversión al sexo y hace mucho daño psicológico y emocional.
La sexualidad está para que la descubras y la vivas a tu manera y la única forma de lograr esto es practicando, en solitario y con tu pareja, para determinar qué te gusta. El orgasmo no es como lo muestran en las películas, es cómo tú lo sientes en tu propia piel y se requiere confianza y amor propio para abrirse a la experiencia. Cada una de nosotras es única y, al mismo tiempo, merece y necesita sentirse mujer, y no hay espacio más sagrado y personal que el íntimo para ejercer ese derecho al placer.
Está gran decisión implica muchas cosas y grandes cambios. Principalmente que quieres una vida sexual auténtica. Pero ¿cómo hacerlo? ¿cómo le dices a tu pareja que has estado fingiendo? ¿Qué pasos hay que dar? ¿Qué obstáculos puedes encontrarte?
¿Qué te parece hacer una especie de guía o consejos para dar ese paso hacia una sexualidad mejor?
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