El sexo y el amor son para ser felices, para potenciar la felicidad que ya poseemos como individuos, y en este contexto, la pareja se convierte en ese refugio seguro donde no sólo disfrutamos de la compañía del otro siendo auténticos, sino que podemos descansar y recargar energías para afrontar los desafíos de la cotidianidad.
A diferencia de lo que hemos creído, el amor no es todo poderoso. Muchas veces nos vemos sumergidos en relaciones de pareja que se convierten en una batalla desgastante, que generan malestar, y puede arrasar con tu autoestima y seguridad.
La relación tóxica se caracteriza por comportamientos y actitudes que generan vulnerabilidad psicoemocional en al menos una de las personas. Como todas las relaciones son bidireccionales, no hay un culpable, sino que ambos son responsables de la dinámica.
La relaciones tóxicas tienen mucho de dependencia emocional, lo cual se evidencia en las siguientes actitudes:
#1. Ser la salvadora
Bien puede ser un chico malo con alergia al compromiso o un hombre guapo y toturado por una infancia difícil, ponerse en la tarea de enamorar a un hombre complicado con la idea de que el amor lo redimirá es las receta para convertirse en su víctima.
#2. Normalizar los celos
Control e inseguridad se han hecho pasar por protección y amor. Un hombre que controla tu forma de vestir, tus amistades, tus gastos, tus redes sociales, tiene un grave problema.
#3. Justificar que invalide tus emociones
Desde el “no es para tanto, era una broma”, hasta “eso nunca pasó, estás interpretando mal”, la manipulación emocional puede hacer que dudes no sólo de tus opiniones, sino también de tus percepciones.
#4. Asumirte la culpable de sus problemas personales
Vive diciéndote que gracias a ti no le va bien en el trabajo o con sus padres y tú terminas por creerlo.
#5. Aceptar su mal humor constante
Te trata con exigencias, las discusiones no terminan al menos que le des la razón, te ignora o te aplica la “ley del hielo”.
#6. Aceptar sus malos tratos
Nunca te da un cumplido, minimiza tus logros, saca lo peor de tu pasado para herirte, toma decisiones son consultarte, se comunica a través de indirectas.
#7. Ceder al sexo sin desearlo
Vas a la intimidad sin ganas, sólo para evitar que se enoje. Accedes a prácticas sexuales que nos disfrutas porque te manipula y te compara con sus parejas anteriores.
#8. Convercerte de que no podrás ser feliz sin él
Factores como la presión externa para mantenerte en pareja, la idea de que una pareja llena tus vacíos emocionales o te completa y una baja autoestima se conjugan para que creas que, aunque no te sientas infeliz, debes mantenerte allí porque no podrás ser feliz sola o no podrás conocer a alguien mejor.
Si te ves identificada en estas actitudes, es preciso revisarte. Conductas tóxicas tenemos todos y se pueden señalar y modificar, siendo en muchos casos necesaria la terapia, pero cuando se convierten en hábitos que te hacen extrañarte a ti misma, el límite sano y necesario es romper con el vínculo.
Un amor sano comienza con el amor propio intacto y la comprensión de que sólo tú eres la protagonista de tu propia historia. El miedo, las mentiras, la manipulación, el maltrato y el sufrimiento no tienen espacio en una relación de pareja funcional.
Habla con una amiga acerca de lo que estás viviendo, y busca ayuda profesional si te sientes impotente para terminar el vínculo. Esto es normal cuando estamos durante mucho tiempo dentro de una relación donde hemos sido maltratadas, es algo que se conoce como indefensión aprendida.
Salir de allí aunque sea difícil, entendiendo que vas a transitar un proceso de duelo como en cualquier otra pérdida, es la mejor decisión.
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