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Síndrome de Peter Pan; Hombres que se Niegan a Crecer

Si estás en búsqueda de pareja es muy posible que te hayas cruzado con uno, o varios. Te contamos como lidiar con ellos.

Mónica Leiva

No todo el mundo envejecemos igual, hay quien acepta el paso del tiempo  y encuentra positivo ganar años con la madurez que eso conlleva, pero hay otras personas que sienten pavor al paso del tiempo. Incluso las hay  que no aceptan el hacerse mayor. ¿Has conocido algún hombre en tu vida que sienta miedo al compromiso y que se resista a aceptar las obligaciones y roles propios de su edad?   Si reconoces a alguien así, es posible que estés ante un caso de Síndrome de Peter Pan.

¿Qué es el síndrome de Peter Pan?

El síndrome de Peter Pan tiene mucho que ver con este miedo que he comentado al paso del tiempo y a crecer. Este es un término acuñado por el psicólogo Dan Kiley en 1983 e inspirado en el famoso personaje de  J. M. Barrie. Afecta más a los hombres que a las mujeres (en nosotras es más común el Síndrome de Wendy, en las que nos convertimos en cuidadoras de estos Peter Pans).

Características que podemos encontrar en estos hombres

 Enumeramos algunas de las características propias de los hombres que sufren este síndrome:

  • Se sienten cómodos siendo eternos jóvenes, el paso del tiempo puede crearles inseguridad y ansiedad. Por este motivo, evitan las responsabilidades propias de su edad.
  • Son personas inmaduras tanto psicológicamente como socialmente. Esto significa que expresan las emociones de manera desproporcionada, por ejemplo, la alegría como una euforia descontrolada o el enojo con un intenso sentimiento de ira.
  • Les cuesta hacerse responsables de sus actos y culpabilizan a otros de sus errores.
  • Tienen miedo a la soledad, se sienten ansiosos al estar solos, pero a la vez presentan dificultades para establecer vínculos con otras personas.
  • Muestran dificultades emocionales, son con frecuencia, caprichosos, impacientes y se frustran con facilidad.
  • Suelen tener problemas para establecer relaciones duraderas y comprometidas, ya que tienen miedo de perder su libertad.

Cómo son estos hombres en las relaciones de pareja

Cuando tenemos parejas con estas características, a menudo nos encontramos con comportamientos que nos desconciertan, y que no asociamos a personas adultas.

Los hombres que sufren este síndrome con mucha frecuencia suelen tender a  comportarse de forma infantil o adolescente independientemente de que hayan pasado la treintena. Otra característica es su necesidad de ser el centro de atención, ya que es común  que tengan un comportamiento egoísta y no sepan ponerse en el lugar de la otra persona, enfadándose de manera desproporcionada cuando no obtienen lo que desean. También huyen de los compromisos sentimentales a la hora de tener pareja y a la vez suele haber una gran dependencia de la figura materna.

Los estereotipos sexuales masculinos pueden ser muy dañinos. Foto: Shutterstock
El síndrome de Peter Pan en hombres afecta a las relaciones de pareja. Foto: Shutterstock

¿Qué esconde este Síndrome?

Aunque a primera vista este tipo de hombres parezcan despreocupados e inmaduros, tras esta fachada existe un gran malestar. Detrás de estos comportamientos podemos encontrar una crianza permisiva o sobre protectora, un estilo de apego deficiente o una personalidad narcisista.

Es cierto que no todos los hombres con carencias afectivas e inseguridades deban desarrollar este síndrome, depende mucho de la manera en que se han enfrentado a sus inseguridades, especialmente en la infancia y la adolescencia.

Dentro de estas carencias encontramos que;

  • Tienen baja autoestima, su ego es frágil, por lo que no permiten que este sea tocado ni modificado.
  • Están muy preocupados por el qué dirán, dependen de la admiración y el respeto de los demás para mantener su autoestima.
  • Son personas que asocian la responsabilidad con el malestar, asocian la vida adulta con el sufrimiento, además que tienen baja tolerancia a la frustración.
  • Son dependientes emocionales, necesitan siempre a alguien a su lado para no sentirse solos y desprotegidos. Es aquí donde está en juego las Wendys, aquellas mujeres que actúan de manera sobre protectora y cumpliendo sus caprichos.

 ¿Qué podemos hacer para lidiar con ellos?

Si en nuestras vidas tenemos a alguien con estas características, debemos saber que, aunque no es fácil, podemos ofrecer nuestra ayuda y apoyo para que superen este síndrome.

Lo primero sería que la persona que lo padece sea consciente de su problema. La ayuda profesional psicológica también puede que sea necesaria.

Es importante que estas personas se sientan acompañadas, ya que es un proceso largo y la persona va a tener que cambiar muchas cosas que le proporcionaban una falsa seguridad.

Esta ayuda la podemos realizar:

1# Explicándoles las consecuencias de su comportamiento. Ya que si no asume responsabilidades y continúa con su comportamiento infantil acabará siendo excluido socialmente.

2# Evitando convertirnos en sus cuidadoras. Ya que si atendemos a sus caprichos y demandas no ayudaremos a que tomen la responsabilidad de sus vidas. Olvídate de comportarte como una madre ya que no harás más que favorecer la inmadurez y empeorar el síndrome. Recuerda que todo Peter Pan necesita de una Wendy.

3# Animándoles a que busquen ayuda profesional. Este Síndrome es producto de carencias y problemas psicológicos que son necesarios tratar.

En conclusión,  Peter Pan vivía en un mundo de fantasía en el que no era necesario crecer ni madurar. El problema es que en nuestro mundo real hacerse mayor es un proceso necesario e inevitable. Anclarse en la juventud solo trae consigo niveles de ansiedad y malestar en la persona, lo que repercutirá en su autoestima. Este síndrome es más frecuente en varones, que no saben o no quieren aceptar las obligaciones de la edad adulta. Estos hombres presentan rasgos de dependencia emocional y narcisismo, que si no se tratan no harán más que provocar sufrimiento y malestar en la persona y en su entorno.

Superar este síndrome requiere de esfuerzo y tiempo. Detrás de cada Peter Pan se esconde un hombre con inseguridades y carencias. Identificar la raíz del asunto es imprescindible para avanzar y poder madurar. Muchas veces será necesario acudir a la terapia psicológica que permitirá profundizar en el problema y proporcionara a la persona las herramientas necesarias para tolerar la frustración para aprender a comunicarse y para empalizar con las personas de su entorno.

© L’Erotheque. Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.

Mónica Leiva
Por Mónica Leiva