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¿Puede el BDSM Reactivar tu Vida Sexual?

Incorporar ciertas prácticas puede ayudar a reactivar la vida sexual personal y a mejorar la relación erótica en pareja. No es necesario irse muy lejos para practicar juegos en los que la cesión del poder es protagonista.

Arola Poch

Al hablar de BDSM (Bondage, Disciplina-Dominación, Sadismo-Sumisión, Masoquismo) hay quién se imagina látex, cuero, látigos, mazmorras, torturas… Pero no hay que irse tan lejos para practicar juegos en los que la cesión del poder es protagonista. Hay que entender el BDSM en un continuo entre cosas más sencillas y otras más extremas. Por ejemplo, estar teniendo relaciones sexuales vainilla (o tradicionales) y que alguien te inmovilice las manos podría ser una versión ligera y utilizar cuerdas y hacer suspensiones, una versión más potente de una práctica similar. Muchas veces son sensaciones que se quieren provocar y no siempre es necesario hacerlo de manera extrema. A veces con pequeños juegos ya se consigue lo buscado y, es más, cuando se está explorando, es mejor comenzar poco a poco para, si gusta, ir transitando cada vez más por ese camino. Desde ahí, me atrevería a decir que muchas personas ya practican algo de BDSM aunque no sean plenamente conscientes de ello y también que este tipo de juegos pueden reactivar la vida sexual. 

Los juegos de cesión del control pueden estimular el erotismo tanto de forma física como psicológica. En realidad, este tipo de prácticas tienen mucho de esto último, ya que estimulan la excitación a un nivel más mental al asumir determinados roles, autoexplorarse y liberar tabúes. Incorporar prácticas BDSM puede ayudar a reactivar la vida sexual personal y a mejorar la relación erótica en pareja. A continuación, algunas ideas de cómo sucede esto:

1# Se rompe con la rutina. Sabemos que caer en determinada monotonía en la vida sexual es contraproducente ya que esta necesita de novedad, de sorpresa, de juego. El BDSM incluye una buena cantidad de posibilidades para buscar diferentes sensaciones.

2# Conexión emocional más estrecha. Compartir sexo es compartir intimidad. Si además lo hacemos en prácticas que, como en la cesión del poder, vulnerabilizan (sobre todo quien está en un rol sumiso puede sentirse muy expuesto), se puede establecer una conexión muy cercana.

3# Mayor confianza y complicidad al compartir deseos que pueden ser considerados más “oscuros”. Sacar las fantasías de nuestra cabeza y compartirlas requiere de confianza y si son de temas que pueden generar cierto tabú, más aún. Recuerda siempre que cuando alguien comparte algún tipo de fantasía íntima es un gesto de acercamiento a agradecer y que se debería acoger sin juzgar. 

4# Exploración y autoconocimiento. Tanto de forma individual como en pareja, incorporar juegos que permitan explorar nuevas sensaciones será sin duda una forma de crecimiento.

5# Comunicación previa y posterior más explícita, intensa y clara. Hablar sobre sexo siempre debería estar presente, pero en BDSM se considera obligatorio. Hay que comentar qué cosas llaman la atención, hasta dónde se quiere probar, cómo regular si el juego empieza a ser intenso (tener una palabra de seguridad es un básico que ayuda), qué miedos o inseguridades hay… Y cuando se acaba es también imprescindible comentar la jugada para ajustar lo que sea necesario.

6# Estímulos variados. Desde ataduras suaves o intensas hasta juegos de dominación verbal o sensorial, el BDSM ofrece una gama amplia de estímulos que activan tanto lo físico como lo mental, aportando matices a la experiencia sexual. Recuerda que no por hacer más, se consigue más intensidad. Ajustad a lo que necesitáis e ir incrementando, si es necesario.

Descubriendo la sumisión. BDSM. Foto: Shutterstock
Los juegos de cesión del control pueden estimular el erotismo tanto de forma física como psicológica. Foto: Shutterstock

Cómo incorporarlo: algunas ideas

Si te hemos convencido o si ya venías convencida es probable que el BDSM te llame algo la atención y quieras incorporarlo en tu vida sexual. Para hacerlo es buena idea empezar por investigar un poco (en libros, foros, artículos…) sobre juegos, sensaciones y experiencias. Habla con tu pareja claramente sobre el tema, establece límites claros y ten en cuenta, como vengo diciendo, que puede ser recomendable empezar con prácticas suaves. Algunas ideas para ello:

  • Control sensorial: vendar los ojos, usar auriculares con música que anule el resto de sonidos, jugar con las temperaturas… Eliminar un sentido crea cierta vulnerabilidad y potencia los otros.
  • Juegos de rol. El BDSM es adoptar determinados papeles en la interacción erótica que tienen que ver con dominar y ser dominado. Se puede optar por juegos en los que haya una figura de autoridad como, por ejemplo, una entrevista de trabajo, dueño/sirviente o el clásico médico/paciente.
  • Dar órdenes eróticas. “No te puedes tocar hasta que yo te lo diga” o “pídeme lo que quieres” o “vas a hacer lo que te diga” son frases simples pero que pueden resultar muy eróticas y que inician un juego de dominación.
  • Ataduras ligeras. No hace falta usar cuerdas ni ser un maestro del bondage para jugar con la restricción de movimiento. Se puede usar vendas elásticas, pañuelos, corbatas o lo que se tenga a mano y apretar más o menos en posiciones más o menos cómodas. Hay muchas opciones en juguetería erótica para atar (muñequeras y tobilleras). 
  • Azotes suaves. Se puede usar la mano o una pala ligera. Se puede empezar suave e ir comprobando como va para mantener o aumentar intensidad. El dolor puede ser un potente estimulante.

 Cualquier sesión de BDSM requiere de unos cuidados posteriores, que se conocen como aftercare.  Cuando se ha acabado hay que estar con la otra persona, abrazarla, acariciarla, hacerla sentir confortada. Aunque sea algún juego ligero, esto hay que aplicarlo siempre. Si damos azotes, recordemos dar unas caricias suaves en la zona al acabar. Si atamos o vendamos ojos, vamos a abrazar a la persona que puede haberse sentido vulnerable. En realidad, estos cuidados deberían estar presentes en cualquier relación sexual, sea del tipo que sea.

El BDSM tiene algún que otro estigma asociado pero si se va más allá de ellos, entendiendo que la sexualidad es diversa y que hay múltiples posibilidades y niveles de juego, se pueden descubrir sensaciones potentes. Pequeños juegos pueden aportar mucho al construir mayor confianza, explorar la propia sexualidad y activar tanto lo físico como lo mental. Si buscas reavivar tu vida sexual, por aquí puedes encontrar una vía interesante y satisfactoria. Y cuidado, explorar nuevas sensaciones engancha.

© L’Erotheque. Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.

Por Arola Poch

Psicóloga y sexóloga. Sexpositive & Footfetish. Colaboradora de diversos medios de comunicación. Autora de los libros: Las cosas clarasLo normal es ser raro y A mi rollo con mi cuerpo y mis emociones.