Esto que te voy a contar te interesa, si quieres aprovechar el potencial de placer que tiene el suelo pélvico.
¿Conoces el papel de la musculatura del suelo pélvico en la respuesta sexual? Eso nos da para otro artículo. Hoy te adelanto que tiene uno de los papeles principales en la película. El buen estado de esa musculatura permitirá que goces más, mejorará la respuesta sexual y el abanico de sensaciones placenteras.
Por suerte, nuestro suelo pélvico nos acompaña allá donde vayamos, hagamos lo que hagamos. Eso nos da la opción de tenerlo en cuenta y cuidarlo en muy diferentes y variopintos momentos de nuestro día a día. Vamos a ver cómo hacerlo y que sea gustoso. Nada de pautas aburridas ni movidas raras.
Sólo por el hecho de estar viva, vas al baño varias veces al día. Es inevitable. ¿Qué puedes hacer mientras meas, además de stalkear a alguien? Abre la boca querida, echa vaho a la pantalla del móvil y de paso la limpias. Ese gesto ayudará a tu suelo pélvico a relajarse y dejar que el pis salga sin esfuerzo.
Nos enseñaron a mear haciendo fuerza, como si tuviéramos que explicar a nuestro cuerpo la manera de hacerlo. Y resulta que lo saludable para nuestra musculatura es relajar, nada más y nada menos.
Observa si empujas y si es así, a echar vaho. Si no tienes claro lo que está pasando, ¡empuja! Una manera fácil de poder comparar y saber si antes ya lo estabas haciendo o no.
Si eres de las que entrena, vas al gimnasio, sales a correr o haces cualquier otra actividad física. ¡Tu suelo pélvico te lo agradece! El movimiento es vida. Es un mito que haya deportes prohibidos o perjudiciales para tu pelvis. La cuestión es tenerle en cuenta, no hacer como si no estuviera.
A partir de ahora, cuando estés haciendo ejercicio, fíjate un momento en la sensación que tienes entre las piernas… Una ocasión fácil es durante una sentadilla o un abdominal tradicional. Observa si está todo recogidito o, si notas desparrame en algún momento del ejercicio. Rocío, una potente Vulvática (así llamo a las mujeres que acompaño), describe esa sensación que tenía de desparrame poniendo la boca con la lengua fuera, como cuando vas a hacer una pedorreta.

Puede que al principio no notes nada, es práctica y lleva sólo unos segundos. Cuando sepas identificar qué está pasando, ya tienes gran parte del camino recorrido.
Si en algún ejercicio notas que está en modo desparrame, prueba a hacerlo de otras formas, experimenta, juega… hasta que recuperes esa sensación de “está todo recogidito”. Esas pruebas son la mejor forma de aprender a tener en cuenta al suelo pélvico. A la vez que conectas con sus sensaciones y sutilezas, tu cuerpo aprende a corregir posturalmente sin que le demos ninguna orden concreta. Prueba, con la curiosidad de una niña que está descubriendo un juego nuevo. Este “pasatiempo” hace que se despierten todas las conexiones nerviosas que alberga la pelvis, las que permiten percibir placer.
No estamos hablando de contraer el suelo pélvico cada vez que hagas un abdominal o una sentadilla, nada de eso. Estamos hablando de probar cambios en otras partes del cuerpo, hasta que eso corrija el desparrame. Para que sepas por dónde empezar, te doy una idea, fácil.
De pie o sentada, como estés ahora, fíjate cómo notas tu vagina. Ahora empuja con los pies el suelo, elóngate como si te estiraran de la coronilla con amorcito y expande tus pulmones hacia los lados. ¿Qué ha cambiado? Cuéntame, si te apetece.
Otra maravillosa oportunidad es el momento hidratación. La vulva tiene el mismo derecho a recibir esos mimos, igual que el resto del cuerpo. Después de la crema facial de noche, ponte el hidratante vulvar. Puede ser tan sencillo como un aceite de coco ecológico, que además puede hidratar también la vagina. Ambas lo agradecerán, mejorando la lubricación y la capacidad de sentir placer.
Ya sabes qué hacer mientras meas, haces deporte o te hidratas. ¿Y qué pasa mientras follas?
Vamos a tenerle en cuenta, por supuesto. Y en este caso, eso supone ignorarle durante un rato. Quiero decir, que se ponga en marcha la respuesta genital es un proceso. Unos cuerpos tardan más y otros menos. Escucha al tuyo, sus tiempos, su ritmo. Para que se active la lubricación (tan importante en el placer) quizá hace falta estímulos gustosos en otras partes del cuerpo. O quizá, por circunstancias, no se activa; a pesar de estar excitada. No pasa nada, ni es un problema. En la lubricación influyen tantas cosas, que lo más fácil es que no coincida con el estar excitada. Así es.
En ese momento, bienvenidos los prodigiosos lubricantes, sea para estimulación interna o externa, da igual. Que la zona esté lubricada aporta satisfacción y más y más excitación.
Otro plan para practicar durante la excitación es mover la pelvis. Es un movimiento fisiológico en toda la fase de excitación, aprovechémoslo. Movimiento libre, pequeñito, sutil, amplio, al ritmo de esa canción que tanto te gusta… como quieras, mueve la pelvis. Insisto: no estamos hablando de penetración. Se puede mover la pelvis durante el sexo oral o mientras te comen la oreja, por ejemplo.
Experimenta cómo es para ti, en esa fase de excitación, hacer contracción-relajación del suelo pélvico. Todo el cuerpo lo agradecerá.
Se me queda mucho en el tintero. Si te pasa igual, si te quedas con ganas de más, únete a mi comunidad. Recibirás nuevo contenido cada lunes. Y puedes preguntarme lo que quieras, prometo contestar. Encontrarás la información para unirte en la biografía de mi cuenta de Instagram.
¡Salud pélvica y sexual!
Por ti, por todas tus compañeras y por ti primera.
© L’Erotheque. Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.