Todas las personas que han usado, o están usando, las aplicaciones de citas para ligar estarán de acuerdo: el mundo de las citas online es una jungla. El peligro acecha por todos los lados; perfiles falsos, intentos de estafa… Sin embargo, nunca hemos tenido más acceso a solteros atractivos. El hombre de tu vida podría estar a solo un click de distancia. Esta esperanza nos mantiene navegando entre un mar de ranas. Es un juego de números tan romántico como hacer la declaración de la renta.
Las aplicaciones suelen cumplir lo que prometen: seres humanos con quienes tener una cita. Algunas citas serán divertidas y unas pocas alarmantemente inapropiadas. En el mejor de los casos, conseguirás un puñado de citas como máximo, lo puede resultar muy frustrante y dejarte con la impresión de que “nadie quiere nada serio”.
Cambiar de aplicación no te garantizará necesariamente mejores experiencias. Sin embargo, hacer un replanteamiento podría acercarte a la relación que deseas, o al menos hacer que las citas te parezcan más provechosas, sin importar el resultado. Aquí algunas sugerencias.
Considera las citas como una oportunidad de crecimiento, en lugar de un medio para lograr un fin
Hemos desarrollado todo un vocabulario para describir todas las formas en que las citas se han vuelto un juego (goshting, breadcrumbing, situationship). Aceptar que las citas han evolucionado hace que sea más fácil cambiar nuestras expectativas y enfoque. No tenemos que conformarnos con un comportamiento grosero o irrespetuoso, pero tampoco tenemos que tomárnoslo como algo personal. Es importante abordar las citas como una oportunidad de crecimiento personal. En lugar de ver los reveses como fracasos, verlos como oportunidades para descubrir más sobre una misma, cultivar la resiliencia y una perspectiva positiva.
La paradoja de la elección puede tener efectos paralizantes. El gran volumen de coincidencias potenciales en las aplicaciones de citas puede ser abrumador, lo que lleva a algunos a adoptar una mentalidad desechable en la que las conexiones se descartan fácilmente en busca de la elusiva pareja ‘perfecta’. Este enfoque socava el valor de invertir tiempo y esfuerzo en conocer a alguien, obstaculizando el desarrollo de conexiones genuinas.
Aprender a gestionar las expectativas puede ayudar a afrontar resultados inesperados o decepcionantes. Las citas pueden parecer emocionalmente un negocio de riesgo, al igual que desarrollar sentimientos genuinos y atreverse a actuar en consecuencia. Pero intentarlo puede producir beneficios impredecibles o perlas de sabiduría para llevarte contigo para siempre.
No pienses en las citas como una pérdida de tiempo
Por razones obvias, es fácil creer que las citas son un éxito sólo si el resultado es el comienzo de una relación. Pero ninguna cita ni persona es una pérdida de tiempo sólo porque el encuentro no produjo los resultados deseados.
Todo el mundo tiene expectativas, habladas o tácitas, pero no es necesariamente responsabilidad de tu cita cumplirlas. Es comprensible que la gente tenga más miedo al fracaso que entusiasmo ante la aventura de tener una cita. Piensa que, aunque la cita no funcione, puedes pasar un buen rato, aprender algo nuevo o conocer tu nuevo restaurante favorito.
Utiliza las citas como oportunidades para la autorreflexión
Implicarse emocionalmente con alguien nuevo puede hacer aflorar partes de ti que desconocías. Exponerte a una situación de vulnerabilidad es valioso para tu propio bienestar y evolución, así como para tus relaciones futuras. “Cuantas más personas conozco y salgo, más sé quién soy y qué es importante para mí”, me dice Marta, de 38 años. «Establezco límites tanto para ellos como para mí, y cuando los cruzan, lo consulto conmigo misma y luego me pregunto por qué dejo que alguien me trate de una manera que ambos sabemos que no es aceptable».
Las citas también pueden ampliar la visión del mundo y mejorar la empatía al exponerte a diferentes perspectivas y estilos de vida. Las personas que acuden a citas pueden descubrir su tolerancia a la ambigüedad, preferencias en la frecuencia de comunicación o niveles de comodidad con la vulnerabilidad. Estos conocimientos pueden contribuir a una mayor confianza en una misma y a una mejor comprensión de las necesidades y deseos de uno en una pareja romántica.
La mayoría de las citas no funcionan para todos los involucrados: si no rechazas a alguien o lo abandonas, potencialmente lo están haciendo contigo. Aprender a tomar un rechazo como una campeona es una habilidad útil y atractiva. Experimentar una variedad de resultados en las citas, tanto positivos como negativos, puede ayudar a desarrollar resiliencia emocional y prepararte para afrontar los desafíos de las citas modernas con aplomo y confianza, lo que puede conducir a relaciones futuras más saludables.
Elimina las aplicaciones
Si realmente no estás contenta con las experiencias usando aplicaciones de citas, elimínalas. Estar continuamente expuesta a la naturaleza impredecible de las aplicaciones de citas puede afectar las emociones, por lo que es esencial dar un paso atrás para centrarse en el cuidado personal. Si el uso de estas aplicaciones se convierte más en una carga que en una experiencia placentera, podría ser un indicativo de que es hora de tomar un descanso o eliminarlas.
En mi experiencia, hay un punto óptimo en el tiempo que resulta fructífero estar en una aplicación: normalmente una temporada. Cuanto más te quedas, los beneficios disminuyen. Probablemente hayas coincidido con todas las personas con las que vas a coincidir. Las conversaciones han conducido a citas o se han enfriado. Luego llega la fatiga. Las personas se convierten en una cromos y se vuelve tedioso. Deshazte de las aplicaciones y dirige tus esfuerzos a otras partes de tu vida o a conocer gente de otras maneras.
Esto no significa necesariamente renunciar a la búsqueda de pareja, sino más bien priorizar la resiliencia emocional y el bienestar. Lo recomendable en estás ocasiones, es centrarse en realizar actividades que nos brinden alegría y satisfacción fuera de las relaciones románticas como una forma de contribuir a nuestra felicidad general.
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