Si bien es cierto que todos tenemos un pasado sexual, algunas personas no son capaces de superar rupturas o antiguas parejas sexuales, y muchas veces, quedan en un círculo vicioso de adicción sexual del que no se deshacen, poniendo a peligro nuevas relaciones. ¿Cuántas personas han dejado a parejas del presente para volver con parejas del pasado, aunque la relación se base puramente encuentros sexuales? Por no hablar de múltiples experiencias sexuales experimentadas, que quizás no todos están abiertos a experimentar…
Volvamos a las parejas actuales. Es muy frustrante recibir mensajes, o escuchar que tu pareja, o la persona que te gusta, estaba muy bien o se sentía compenetrado sexualmente con otra persona. Hay quien incluso, “endiosan” a parejas anteriores, como si fuesen personas inolvidables, sólo de lo felices que se sentían con esa persona en la cama (o donde fuese) aunque su relación fuese un desastre. Y es verdad que hay personas que, compitiendo para conseguir que esa persona se fije o se decante en ella, son capaces de hacer cualquier actividad, sucumbir a los deseos más profundos, hasta obscenos. Pero ¿es siempre un éxito y la forma de mantener a la pareja que deseas a tu lado?
Primeramente, recordar o comentar que por mucho que se haga, experimente, realice con la pareja, si la persona que recuerda el pasado no está abierta a otras parejas, o no tiene las mismas finalidades o no desea solventar o tratar el problema incluido si es con un profesional de la materia, en caso de necesitarlo, no es posible ningún cambio. No se puede forzar el olvido, ni dejar de amar, si la persona en cuestión no está dispuesta a despegarse de su pasado, ni de esas vivencia, o estilo de vida, o de dejar de ver a la otra persona, aunque sean para encuentros sexuales.
Sin embargo, algo se puede hacer. Lo primero de todo, la adaptación a la otra persona, pero de forma mutua. Saber lo que le gusta, lo que realmente está dispuesto a hacer contigo, poner en práctica alguna fantasía o varias suyas, ya son pasos. Aunque el juego de la sumisión al ser deseado suele conllevar a una dependencia o adicción a una de las partes, que juega siempre con ventaja, para obtener a veces incluso sólo sus beneficios, hay que saber poner límites: jugar si se quiere jugar, hacer lo que mutuamente se desea, y ser siempre uno/a mismo/a (siempre que no sea simulación de un rol).

Otros factores claves y esenciales, y quizás, híper necesarios son la confianza, el permiso de expresar, sentir, dejar ser, y usar el sentido del humor: hacerlo agradable, divertido, y permitir gestos, comentarios, pero con límites propios, ya que no siempre todo vale. No penséis que siempre es imitar alguna escena erótica de alguna película, o realizar o dejarse hacer los actos más obscenos: no a todas las personas les gusta sucumbir al sexo anal, al porno, y hay mil juegos, formas y actos para realizar en los encuentros sexuales.
Aunque sea algo bastante superficial, tener un físico o intentar superficialmente adaptase al gusto de la otra persona es un factor de éxito, pero siempre que no sea algo que te moleste, que no te disguste y seas capaz de hacer y no arrepentirte, sea tanto un corte de pelo como cambiar tu estilo de vestir, al menos, en las citas. Hacer dieta, engordar, teñirse el pelo, maquillarse de una forma u otro, hacer más ejercicio, hacer menos, etc. son algunos ingredientes que afectan a la vida sexual, nos guste o no, y sí es cierto que influyen y pueden ser factor de éxito. Pero siempre que tú también lo quieras: recuerda que no por ir con x vestido o ese peinado que quizás te disgusta hará que la persona se decante sólo por ti, o incluso, puede que te incomode en los encuentros, o te sientas a disgusto contigo mismo/a, y eso es intolerable.
Innovar: experimentar nuevos juegos, con juguetes, introducir los juegos de roles, realizar sorpresas agradables, contar sueños eróticos, ver películas juntos, leer libros, escribirse alguna carta o email subida de tono, juegos con nuevos productos eróticos, con algunos alimentos…
Pero también, y muy importante, intentar crear un círculo, una complicidad, una parte amistosa, permitir el afecto, pero también los tiempos, la proximidad o la lejanía (en lo que creáis que hay que permitir) para un mayor acercamiento.
Y no os lo penséis: si lo que hay que hacer pone en juego vuestra salud, reputación, ética, salud, la propia persona… ¿es realmente necesario hacer todo lo que se pide o solicita? Recordemos que, como os he comentado, el 100% no es factible, y no sabemos si con todo esto, la pareja a quien deseamos conquistar está dispuesta a olvidar su pasado, otra u otras personas, y lo primero de todo, el amor propio. Y, además, lo que realmente cuenta, es ser uno/a mismo/a, algo que hace que, por mucho que compitamos con alguien, si gusta o no, es el factor clave de verdadero éxito, elección o preferencia.
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