¿Es Normal mi Regla?

Es necesario saber distinguir las variaciones normales que no deberían alarmarnos de ciertos cambios que siempre deberían ser investigados.

Myriam Ribes

Las personas con útero y ovarios somos cíclicas durante una buena parte de nuestra vida, aquella que transcurre entre la pubertad y la menopausia. Esa es nuestra época fértil, en la que tenemos la capacidad natural de gestar y también la menstruación.

No todas tenemos la regla. Antes de la pubertad, después de la menopausia y en algunos momentos vitales como el embarazo, no se tienen ciclos. Además, hay mujeres que no los tienen nunca. La ausencia de regla en esos casos no implica que haya una enfermedad ni que se deje de ser mujer por ello. A pesar de eso, la mayoría sigue creyendo que es el sangrado menstrual el que nos convierte en mujeres y que además nos limpia y nos sana, como si la menstruación pudiera eliminar todas nuestras energías negativas y definir la feminidad al mismo tiempo. Es una teoría muy extendida que carece de evidencia y es misógina y sexista, ya que reduce la salubridad de la mujer y su feminidad a que tenga en marcha su función reproductiva.

El ciclo menstrual forma parte de la vida fértil de las bio-mujeres y su única función conocida es esa: la reproducción para la supervivencia de la especie. Reglamos para reproducirnos. Para favorecer esa perpetuación en las mejores condiciones, cuando las circunstancias vitales no son propicias para un embarazo y su crianza, el ciclo se altera para evitar la fecundación. La regla deja de ser regular o desaparece. Y es de ahí de donde viene el mito de la menstruación como elemento sanador. Una regla regular y sin dolor no nos sana, pero sí nos tranquiliza porque sugiere que no hay nada alterado en nuestro cuerpo, que todo va bien.

¿Cómo es un ciclo menstrual normal?

Un ciclo típico dura entre 21 y 35 días. Comienza el primer día de sangrado de una regla y finaliza el día antes del siguiente sangrado. Durante ese tiempo, el cuerpo se prepara para una posible fecundación, mediante la ovulación y la construcción de un revestimiento interno uterino adecuado para acoger al huevo. Si no ocurre, si no hay fertilización, esa capa interna o endometrio, se desprende y se produce la menstruación, saliendo del útero a la vagina una mezcla de ese tejido endometrial y la sangre producida por su despegamiento. Este sangrado suele durar de 2 a 7 días y es muy variable en intensidad.

Todo esto está orquestado por hormonas y neurotransmisores del hipotálamo, de la hipófisis y de los ovarios, que responden a muchos factores, tanto internos como externos. Cualquier cambio en ellos, puede alterarla.

¿Cómo saber si mi ciclo es normal?

La clave está en la regularidad. Cambios en la duración, intensidad o síntomas de tu ciclo pueden ser normales si no duran más de tres meses, pero si se mantienen o no tienen causa aparente, es importante consultar.

Existen algunas variaciones que son completamente normales y no deberían alarmarte, como son los ciclos irregulares en la adolescencia o en la perimenopausia o los relacionados con alteraciones emocionales o de hábitos de vida. Los cambios mantenidos en el tiempo y aquellos inesperados y sin razón aparente, siempre deberían ser investigados.

Es terrible como se normaliza y subestima el dolor de la menstruación. Foto: Shutterstock

¿Qué alteraciones puede haber?

Irregularidad: Un trastorno puntual del ciclo puede ser algo frecuente si hay cambios en nuestra vida. Pero si esta alteración se mantiene en el tiempo puede relacionarse con problemas hormonales, como los que ocurren en el síndrome del ovario poliquístico o las disfunciones tiroideas.

La ausencia de regla: La primera causa de ausencia de regla o amenorrea es el embarazo. Pero si el test es negativo y sigue sin venir durante tres meses, hay que valorar porque se ha producido.  Una dieta restrictiva o trastornos alimentarios pueden ser la causa, lo mismo que el ejercicio intenso o de competición. Pero también podemos estar ante un fallo ovárico, que sería patológico si ocurre antes de los cuarenta años.

Sangrado muy abundante: Un flujo menstrual normal implica una pérdida de entre 30 y 80 ml por ciclo (un tampón o una compresa normal absorben entre 5 y 10 ml). Cualquier cambio significativo en la cantidad de regla puede ser señal de que algo no está bien. La menorragia es el término que se utiliza para describir las menstruaciones muy abundantes, que duran más de 7 días o que requieran cambio de protección cada hora. Deben de ser valoradas siempre. Sus causas pueden ser muy variadas, desde problemas uterinos como fibromas o pólipos, a trastornos sistémicos como problemas de coagulación y desequilibrios hormonales como el hiperestrogenismo.

Sangrado entre reglas o tras una interacción sexual penetrativa: Cualquier tipo de sangrado fuera de la menstruación o después de las relaciones sexuales penetrativas debería ser evaluado. Entre las posibles causas de sangrado se incluyen las infecciones vaginales y del cuello del útero, los pólipos cervicales y el cáncer de cuello o de endometrio que, aunque son menos frecuentes, se han de descartar siempre.

El dolor menstrual

Es terrible como se normaliza y subestima el dolor de la menstruación. No, no es normal que la regla duela y mucho menos que impida realizar una actividad cotidiana. Cuando eso ocurre, hay que consultar. Siempre. Aunque muchas veces no es posible saber qué lo produce, sí se pueden aportar soluciones para mejorar la calidad de

vida. El dolor menstrual severo, conocido como dismenorrea, puede ser un síntoma de varias afecciones, incluida la endometriosis, una enfermedad de difícil diagnóstico que afecta a millones de mujeres en todo el mundo

¡Recuerda!

El ciclo menstrual no te limpia ni te define, pero es una ventana a tu salud. Mantener un estilo de vida saludable, con una dieta equilibrada, ejercicio regular y buen manejo del estrés, puede ayudarte a regular tu ciclo y a minimizar las molestias menstruales. Además, llevar un registro de tu ciclo con una aplicación o en un diario puede ayudarte a identificar patrones y ser más consciente de cómo funciona tu cuerpo.

Aunque los periodos menstruales son variables y cambian a lo largo de la vida, es esencial consultar si de forma persistente:

  • Tus ciclos son irregulares sin causa aparente.
  • Tienes sangrados abundantes, con coágulos o que duran más de 7 días.
  • No tienes menstruación por más de tres meses sin estar embarazada.
  • Sufres de dolor menstrual que interfiere con tus actividades diarias.
  • Experimentas sangrado entre periodos o después del sexo.

© L’Erotheque. Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.

Myriam Ribes
Por Myriam Ribes

Escritora, ginecóloga y sexóloga. Divulgadora en ginecología y sexología a través de su blog Myriam Ribes y autora de los libros: Recupera tu deseo en 7 pasos’, 31 Sexideas para todo un mes’ y Retales de nuestra vida’ entre otros.