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Fantasías Sexuales: ¿Cómo Compartirlas con tu Pareja?

Compartir nuestras fantasías sexuales con nuestra pareja activa la pasión cuando y nutre la complicidad, pero…¿Cómo atreverse a hablar?

Ysabel Velásquez

El cerebro es el principal órgano sexual, y más que una frase cliché, es una verdad avalada por la neurociencia. La excitación comienza siempre con un pensamiento, con la interpretación de un estímulo que recibimos a través de los cinco sentidos, proceso que no hacemos de forma consciente.

Por otra parte, el estímulo sexual viene enmarcado en una situación que incluye una narrativa de la experiencia, una persona que nos atrae, que en sí misma nos resulta excitante, actitudes que encontramos eróticas, palabras, gestos, caricias que deseamos recibir, y también dar.

Toda esa historia en nuestra psique está construida desde aquello que consideramos sexual, y esto es muy de cada cultura. Hemos aprendido a través de los medios de comunicación lo que es erótico, sin cuestionarlo, y hemos integrado esas nociones estéticas y emocionales a nuestra propia experiencia desde la adolescencia.

Desde la famosa revista Playboy hasta el Onlyfans o la pornografía ubícua en internet, desde las melosas baladas románticas hasta el reguetón explícito, todo este contenido ha contribuido a formar una idea de lo que deseamos y rechazamos en el sexo.

En este contexto se forman nuestras fantasías, nutridas también de lo prohibido por la tradición y la religión, que nos genera una gran curiosidad. Conociendo esto, las fantasías sexuales suelen tener motivos comunes y también diversos, siendo las de nosotras más relacionadas con historias donde el romance está presente, mientras que las de ellos suelen ser más visuales, como la recurrente de ver a dos mujeres en actitud íntima o hacer un trío con dos mujeres.

Compartir nuestras fantasías sexuales da mucho juego, activa la pasión cuando ya nos ha ganado la rutina y nutre la complicidad, pero…¿Cómo atreverse a hablar?:

1# Comprende que puedes ser juzgada

Si bien tu pareja puede ser una persona de mentalidad abierta, algunas de tus fantasías sexuales pueden sacar su machista interno – ese que hombre y mujeres tenemos por igual – para señalarte. No lo tomes personal, comprende de donde vienen esas creencias, y sé cauta, comparte con él sólo aquéllas que podríais disfrutar entre los dos.

2# Pídele que te cuente las suyas

Darle el espacio para que te diga cuáles son sus fantasías y qué le gustaría realizar contigo es la mejor manera de que entre en confianza. Escúchalo sin cuestionarlo, igualmente, algunas ideas podrían sorprenderte.

3# Haced realidad la fantasía

Con la información de lo que ambos anheláis, escenificad una situación conjugando elementos aportados por cada uno. Juegos de rol, cambio de escenarios, uso de disfraces y juguetes, posiciones diferentes, todo esto se vale, siempre y cuando le apetezca a los dos.

El sexo tántrico atrae a todo tipo de personas. Foto: Shutterstock
Las fantasías se pueden poner en práctica siempre que os apetezca a los dos. Foto: Shutterstock

4# Cuidado con los tríos

Involucrar una tercera persona puede causar un problema mayúsculo en la relación de pareja, aún cuando ambos afirmen estar preparados para asumir las consecuencias. Hay que recordar que un trío no soluciona la desconexión entre dos personas, más bien la agudiza.

5# La imaginación es libre

El ego masculino es frágil; es definitivamente contraproducente decirle a tu pareja que fantaseas con un famoso o con el vecino mientras tenéis, así que guárdatelo para tía menos que estés completamente segura de que eso le excita.

6# No pasa nada si no sale como esperabais

Lo bueno de una fantasía es que todo es perfecto porque somos quienes escribimos, dirigimos y editamos la película, por eso al llevarla a la realidad puede ser decepcionante. Aquí es necesaria una actitud lúdica y asumir la aventura con humor, siempre será divertido atreverse a vivir lo que imaginasteis, y recordad también que si a la primera vez no sale bien, se vale repetir.

7# Evitad las fantasías peligrosas

Una cosa es incorporar elementos relacionados al BDSM, y otra muy distinta es infringir dolor. Otra práctica de mucho riesgo es la asfixia erótica. El peligro genera una dosis extra de adrenalina pero también aleja de la real excitación sexual. Llevar a vida real estos estímulos no es recomendable.

Recuerda que tus fantasías son una libérrima expresión de tus deseos, te pertenecen más no te definen, y por lo tanto no deberían generarte ningún conflicto interno. Compartir algunas de ellas con tu pareja es darle espacio para ampliar la intimidad entre ambos haciéndola más variada y gratificante, al tiempo que fortalecen la relación a través de la comunicación ¡así que ha vencer el miedo!

© L’Erotheque. Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.

Ysabel Velásquez
Por Ysabel Velásquez

Sexóloga, Sex & Love Coach . Periodista de Salud. Autora del Libro de motivación para la mujer :En Femenino.