Cuidar de nuestros genitales es necesario y es tan malo limpiar de más como seguir algunas costumbres que pueden afectar la salud de la vulva y la vagina, basadas en mitos que creemos son correctos.
El tema del olor de la zona íntima es una de las cosas que más motiva la higiene. El desconocimiento que el olor de una vulva sana es ligeramente ácido, sumado a la idea popular de que es una zona sucia, le bastó a la industria de la cosmética para crear un arsenal de productos para enmascarar su aroma natural, como desodorantes íntimos, protectores diarios y toallas sanitarias con perfume ¡si estás usando algo de esto bótalo ya! Ya que toda fragancia química altera la microbiota de la zona y la hace más propensa a infecciones.
Otra idea ampliamente difundida es que la vagina deber limpiarse con duchas internas, ya sea después de la menstruación o de mantener relaciones sexuales y esto es un error gravísimo, ya que la cavidad vaginal es autolimpiante. Introducir cualquier líquido en la vagina altera la flora bacteriana benéfica que la protege y la deja expuesta a microorganismos que pueden alterar su equilibrio.
A la hora de lavar la vulva, una vez al día, usar un jabón neutro y agua es suficiente. Cuida de enjuagar bien y retirar la grasa natural que se acumula entre los pliegues – esmegma -. El uso de esponjas está contraindicado, pues éstas acumulan bacterias. Completa el proceso usando ropa interior de algodón a diario, y guardando las braguitas de encajes para ocasiones especiales.
La higiene debes realizarla siempre de adelante hacia atrás, al igual que te limpias después de ir al baño, esto para evitar arrastrar las bacterias del ano hacia la vulva.
Aún existe la idea de que los protectores diarios ayudan a la higiene, y esto es falso. El flujo vaginal es normal durante todo el mes, y usar esta mini compresa a diario hace que la humedad se mantenga allí, lo ideal es cambiar la braga de algodón periódicamente y reservar el uso de este producto para los últimos días de flujo menstrual.
Mención especial merecen las tangas, llamadas hilo dental en algunos países. Este tipo de ropa interior se ha hecho muy popular porque no se marca caundo usamos alguna prenda muy ajustada, pero su uso debe ser esporádico, ya que al mantener un trozo de tela entre las nalgas se convierte en un canal para que la bacterias del ano pasen a la vulva.
Una nueva protagonista dentro de los productos de higiene menstrual es la copa, un artilugio de silicón que se inserta en la vagina para capturar la sangre. El cuidado de esta debe ser llevado al pie de la letra: hervirla para esterilizarla antes de usar e introducirla con las manos muy limpias. Si estás trabajando en la calle o no tienes la condiciones para cuidar estas pautas, es mejor que uses otros métodos.
En cuanto a las compresas, debes cambiarlas cada cuatro horas y evitar aquéllas de cubierta plástica, y los tampones cámbiálos antes de las 4 horas para evitar un shock tóxico.
Ir a la actividad sexual con la vulva limpia y lavarte después es lo más conveniente. Si usas juguetes sexuales, también límpialos después de usarlos, como indica cada uno.
Salud y placer van de la mano. Un exceso en la limpieza de tu vulva te hará más propensa a infecciones. Mantenerte fresca y seca es lo más importante. Con estas pautas podrás evaluar si estás llevando una higiene íntima adecuada.
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