El tantra no se trata de sexo, sí, has leído bien. Puede incluir sexo, y el sexo que tengas puede ser tántrico… pero la ideología en sí es mucho más profunda y amplia.
En sánscrito, tantra significa “red” o “tejido de energía”. El tantra se trata de conexión y fusión, antes que nada, eso es lo que muchas parejas hacen mal cuando intentan practicar tantra.
Y, para que no te confundas, el tantra no es solo para parejas. Como la mayoría de las prácticas de bienestar que Occidente ha adoptado de Oriente, se trata de calibrar nuestra conciencia a las sensaciones que nuestro cuerpo está experimentando…
En lugar de adormecer, distraer y lanzar dardos al tablero del placer. Un poco de esto, un poco de aquello, asegúrate de que las condiciones sean perfectas…Y puede que llegues a alguna parte.
¿Conectar tu cuerpo, mente y espíritu? Esa es otra historia.
Si decides participar en estas prácticas con una pareja, el vínculo que desarrollas como resultado de canalizar, fusionar y alterar tu energía es lo que hace famoso al sexo tántrico, no necesariamente las locas posiciones de las que escuchas hablar.
Al infundir espiritualidad y atención plena al sexo y la intimidad, el acto de conexión se vuelve menos superficial y más comprometido, como debería ser.
Examinemos algunas formas en las que puedes incorporar principios tántricos a tu experiencia íntima.
Re-imagina los (mal llamados) preliminares
¿Alguna vez pensaste en definir los preliminares? Sin un compromiso deliberado, nuestra comprensión puede ser bastante limitada, generalmente a menos de cinco movimientos.
Los preliminares implican mucho más que simplemente excitarse mutuamente o a uno mismo, especialmente cuando amplías tu pensamiento para incluir el trabajo energético.
Los preliminares pueden ser ducharos o daros un baño juntos. Puede ser un contacto visual prolongado e intencional. Puede ser un masaje o jugar con la temperatura. Incluso puedes intentar hacer algo que harías normalmente, pero alargándolo para que dure el doble.
Crea un espacio para la conexión
Cuanto más tiempo hacemos algo, menos especial y más ordinario se vuelve. Dejamos de notar los detalles y de sentir asombro por lo que nos rodea. Esto es así tanto si se trata de un viaje en solitario como de una relación de 20 años.
Deja que el carácter de tu espacio refleje lo especial que es tu misión. Dedica una parte de tu espacio a hacer el amor o a una actividad de conexión y no la utilices para nada más. Prepárala a tu gusto y según tus necesidades: luz tenue, velas perfumadas, muchas almohadas, juguetes, etc.
Amplía tu idea del sexo «bueno». El sexo no tiene por qué incluir la «finalización» para ninguna de las partes, pero muchas personas creen que sí.
El sexo sin puntuación puede ser tan íntimo, amoroso y poderoso, ya sea en solitario o con una pareja, como el sexo que no cumple con esa métrica. Esos son límites humanos que nos imponemos a nosotros mismos: libérate de ellos.
Yin y Yang: Tus expresiones de amor
El sexo y sus energías pueden conectar el cielo y la tierra. Dicho de otra manera, se cree que el yin representa la conexión con la tierra, mientras que el yang nos ayuda a conectarnos con el cielo.
Como el yin suele asociarse con la energía femenina y el yang con la masculina, esta es una oportunidad para vivir al máximo, y no dentro de los confines de tus roles de género.
Podrías intentar intercambiar los roles tradicionales masculinos y femeninos. Se refiere más a las energías masculinas y femeninas; piensa en la acción y la atención a la belleza, respectivamente.
O podrías equilibrar ambas energías dentro de ti y desafiarte a ti mismo para mantenerte flexible y fluido en lugar de caer en tu disociación habitual.
Sincroniza tu respiración
Respirar en sincronía puede ser una forma emocionante de aprovechar tu cuerpo en un espíritu de unión.
Intenta hacerlo durante al menos diez minutos, no más. Inhala al mismo tiempo y exhala al mismo tiempo…Luego, puedes inhalar cuando tu pareja exhala, y ella exhala contigo.
Este ejercicio canaliza la intimidad y crea un vínculo más profundo.
Prioriza los abrazos
Para algunas personas, los abrazos se consideran cuidados posteriores. Si aún no lo estás haciendo ahora, intenta introducirlos conscientemente en tu intimidad.
Los abrazos pueden fortalecer tu vínculo, incluso contigo misma, antes, durante y después de un encuentro íntimo. Intenta prestar tanta atención al abrazar a tu pareja (o a ti misma) de nuevas formas, lugares y ángulos durante todo el encuentro sexual.
El contacto piel con piel libera muchas hormonas y puede liberar energía atrapada; para obtener más sensaciones, cambia la forma en que tus dedos los tocan. Suavemente, con más presión, solo con las yemas de los dedos…
Reduce la velocidad y alarga la duración
El sexo y la intimidad no deberían sentirse como una carrera hacia el final. Aunque los polvos rápidos tienen su lugar en la ajetreada vida que llevamos.
Habla con tu pareja de antemano sobre la posibilidad de establecer la intención de ralentizar y alargar la experiencia. Recuerda que el sexo no tiene que ser “bueno” o puntual para ser poderoso.
Simplemente experimenta las sensaciones que provocas en el otro con control y cuidado.
En realidad, lo que quieres es sacudir tu cómoda y despreocupada rutina con un rayo de tensión, de la buena. Cualquier cosa que eleve tu expresión y energía te ayudará a entrar en el flujo del tantra.
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